La Universidad - 2
Santiago Niño Becerra - Jueves, 31 de Mayo Seguimos con el tema.El presupuesto dedicado a educación creció, y el esfuerzo de muchas profesionales y de muchos profesionales de la educación también; pero no asíÑ‚Â la calidad de la enseñanza ni el nivel con el que las chicas y chicos llegaban a la Universidad. En un escenario como ese, el fracaso escolar no se redujo: 30% en ESO, 30% de abandono en la formación tras la ESO; pero con un agravante: un desempleo juvenil monstruoso porque el reino no sabíÑ‚Âa, no podíÑ‚Âa, o no queríÑ‚Âa crear puestos de trabajo para quienes no podíÑ‚Âan, por las razones que fuesen, continuar estudiando. (¿Se acuerdan de los “aprendices” de antes?; ¿a dónde fueron?).
Ante la avalancha de estudiantes universitarios, y ante la presión políÑ‚Âtica de los Gobiernos autonómicos, comenzaron a nacer campus universitarios como setas por toda la geografíÑ‚Âa española. ¿El nivel de muchas alumnas y de muchos alumnos que a ellos accedíÑ‚Âan?, patético, pero no era -ni es- políÑ‚Âticamente correcto cuestionarlo; ¿la calidad de muchas/os docentes universitarios?, mejor no mentarla; ¿los niveles de ilusión y de dedicación de muchas matriculadas y de muchos matriculados en los muchos centros universitarios españoles?, mejor no preguntarlo.
En muy pocos años, lo que habíÑ‚Âa sucedido en la enseñanza preuniversitaria empezó a suceder en la universitaria: elevadas tasas de suspensos comenzaron a ser miradas con reparo, de tal modo que, dándose la vuelta al razonamiento, centros y profesoras/es universitarios con altos ratios de aprobados empezaron a ser tenidos por excelentes.
Y en esas estamos.
El sistema educativo español, todo él, está muy, muy tocado. Por ahora, mientras siga habiendo pasta para ir nutriendo los presupuestos educativos, no se admitirá, claro; los votos mandan. Y lo peor: en España -ignoro a ciencia cierta lo que sucede en otros paíÑ‚Âses- tenemos varios problemas que imposibilitan su reforma, entre otras razones porque esos problemas se enraíÑ‚Âzan en otros escenarios y se vinculan con cosas que nada tienen que ver con la educación en síÑ‚Â.
Muchas familias no son conscientes de qué significa la formación de sus hijas e hijos; muchas jóvenes y muchos jóvenes “van al cole” porque les han dicho que tienen que ir pero les importa una mierda lo que en el cole les enseñan; muchas chicas y muchos chicos continúan estudiando tras la ESO porque estudiando se vive muy bien; muchas alumnas y muchos alumnos “se meten” en los estudios universitarios en los que se meten sin saber ni remotamente de que van, pero lo hacen porque en alguno han de meterse.
Es España deberíÑ‚Âa rehacerse todo el sistema educativo desde más debajo de los cimientos, todo; y prácticamente todos los centros de ese sistema. DeberíÑ‚Âa reeducarse a las familias a fin de que entendieran qué hay detrás de que sus hijas e hijos vayan “al cole” o a la “uni”. DeberíÑ‚Âa tutorizarse, pero bien y por profesionales, a las chicas y a los chicos desde el jardíÑ‚Ân de infancia a fin de ver sus posibilidades, sus carencias, sus entornos, y orientarles, tanto a ellos como a sus familias. DeberíÑ‚Âa darse alternativas a quienes no pueden o no quieren continuar con la formación hasta ahora entendida como tradicional.
¿Qué eso costaríÑ‚Âa pasta?, cierto. ¿Qué eso costaríÑ‚Âas votos?, muy cierto. ¿Qué eso significaríÑ‚Âa reconversiones de centros?, super cierto. ¿Qué eso daríÑ‚Âa lugar algún que otro problema de orden público?, más cierto todavíÑ‚Âa. ¿Qué, paralelamente, deberíÑ‚Âan ponerse en marcha medidas a fin de compensar pérdidas, de orientar actitudes y de dar alternativas?, ciertíÑ‚Âsimo. Pero el final de la senda que llevamos va a costar más, mucho más, posiblemente no en términos dinerarios, pero si en términos humanos.
Hoy, en España, estar a favor de cómo funcionan las cosas en el mundo de la educación es ser de izquierdas, y criticarlo, de derechas; curioso, ¿no?. Quienes asíÑ‚Â piensan no son conscientes de que la degradación del sistema educativo -insisto, de todo- se ha ido produciendo con Gobiernos de todo color a lo largo de los últimos quinientos años.
En fin; como decíÑ‚Âa la milonga: “Cosas que pasan”.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
[Volver]
- Algunas fórmulas para perder dinero en Bolsa
- MERCADOS:mientras que los “generales” no se muestren capaces de seducir a los inversores, las bolsas quedan en posición de fragilidad y vulnerables a eventuales recaídas
- El metaverso: ¿juego virtual o campo de batalla para los ciberdelincuentes?
- “Por cada dólar invertido en combustibles fósiles, se están invirtiendo actualmente $1,7 en energías limpias”
- Las acciones de crecimiento versus valor han alcanzado su nivel más alto desde 2021
- Los mercados están empezando a centrarse en las elecciones estadounidenses
- Algunas fórmulas para perder dinero en Bolsa
- MERCADOS:mientras que los “generales” no se muestren capaces de seducir a los inversores, las bolsas quedan en posición de fragilidad y vulnerables a eventuales recaídas
- El metaverso: ¿juego virtual o campo de batalla para los ciberdelincuentes?
- La ciberinmunidad, clave en el futuro de la seguridad digital
- Las acciones de crecimiento versus valor han alcanzado su nivel más alto desde 2021
- Los mercados están empezando a centrarse en las elecciones estadounidenses
- La capitalización del sector S&P500; ha fluctuado ampliamente a lo largo del tiempo, lo que pone de relieve la naturaleza dinámica del mercado y las preferencias cambiantes de los inversores