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L"année derniу¨re у  Marienbad

Santiago Niño Becerra - Martes, 30 de Diciembre Aunque de entrada no lo parezca, voy a hablar de la crisis.

¿Han estado Uds. alojados alguna vez en un hotel de una categoríт­a equivalente a la “cinco estrellas gran lujo” española?; pero no un hotel moderno y galáctico, sino uno clásico, de los de antes-antes, en un hotel como en el que transcurríт­a la trama del film “L’année derniу¨re у  Marienbad” (Alain Resnais, 1961).

Yo nunca habíт­a estado, pero hace unos díт­as, debido a una de esas carambolas que se dan en la vida, pase un fin de semana en un hotel de tales caracteríт­sticas. Mi sugerencia: si nunca han estado, vayan a uno, no lo duden, vayan, y no por decir que han estado, o por tener experiencias sensoriales inenarrables, si no por ver algo que se acaba; y si ya han estado vuelvan: consolidarán sus recuerdos.

Paseando por sus jardines, oyendo el rumor de las fuentes, recorriendo los recargados salones panelados en madera, observando los techos cuajados de complicadas molduras, los pesados cortinajes, las paredes tapizadas de seda, los muebles antiguos, los dorados envejecidos, las pieles repujadas que cubríт­an los arcones, caminando sobre las alfombras en las que mis pies de hundíт­an, oyendo el silencio atrapado en sus habitaciones, usando los cubiertos grabados, las copas decoradas en su comedor de alta cocina, me parecíт­a estar en una cápsula de tiempo que hubiera estado guardando el ambiente que hace setenta años se creó en el hotel tras su inauguración.

Algo asíт­, algo como ese hotel se está muriendo porque hace tiempo que ha muerto lo que representaba. Durante los últimos años ha sobrevivido por inercia, para que ricos nuevos y potentados recientes hayan podido solazarse con un pasado que no tuvieron porque no fue suyo. Y el hotel les ha admitido y les ha estado dando esas sensaciones a cambio de facturas de importes inimaginables; pero eso se está acabando.

Hoy ya no se pasea por jardines ni se oye el rumor de fuentes imposibles, ni se recorren recargados salones panelados en madera, ni se observan techos cuajados de complicadas molduras, ni paredes tapizadas de seda, ni muebles antiguos, ni dorados envejecidos, ni arcones cubiertos con pieles repujadas, tampoco se camina sobre alfombras en las que se hunden los pies de quienes caminan, ni se escucha el silencio atrapado en habitaciones, ni se usan cubiertos grabados, ni copas decoradas en los comedores de alta cocina; hoy no se puede permanecer en una cápsula de tiempo que haya estado guardando el ambiente que hace setenta años se creó en un hotel tras su inauguración.

Háganme caso: si no lo han hecho, alójense unos díт­as en un hotel de una categoríт­a equivalente a la “cinco estrellas gran lujo” española, pero que sea en un hotel de los de antes-antes, un hotel como en el que transcurríт­a la trama del film “L"année derniíт¨re íт  Marienbad”: se acaban y algo asíт­ hay que vivirlo, hay que experimentarlo, aunque sea en una sola ocasión: es la “vieja economíт­a”, la que, prácticamente, ya ha muerto. Háganlo: será arqueologíт­a.

Y será un modo interesante de empezar el nuevo año. ¡Feliz Año Nuevo!.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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