La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Las regiones del reino

Santiago Niño Becerra - Lunes, 09 de Enero Lo que está sucediendo ahora con las regiones en España y donde Valencia es el lugar donde lo que sucede se ha manifestado -al igual que las subprime fueron la forma como se manifestó en el 2007 el inicio del inicio de la que ahora tenemos montada a nivel mundial- era algo ya muy sabido, archiconocido, y de lo que Uds. ya han leído aquí mucho a lo largo del tiempo que yo llevo colaborando en La Carta de la Bolsa. Sabido y conocido, pero ignorado y usado como moneda de cambio y camuflaje económico social.

Digámoslo otra vez: España es un país pobre que se inventó el tinglado de las administraciones regionales para llevar a cabo una redistribución del PIB ilógica y antieconómica, quitando a quienes podían crecer más y tirar del resto, y dando a quienes podían crecer muy poquísimo,  pero, además, dando sin casi control alguno de que lo que recibían sirviese para promover un crecimiento zonal y selectivo. Mientras ‘España fue bien’, las cosas fueron porque había café para todos, pero ahora que hay muy poco café se pone de manifiesto las verdades:

1) Hay regiones, CCAA como en el reino se las ha llamado, que, pura y simplemente, no tienen razón de ser porque no pueden sostenerse por si mismas: que una región reciba de las que dan el 17% de su PIB, o el 14%, o el 8% un año tras otro lo que está indicando es que no tienen razón de ser; algo que ponen de manifiesto las balanzas fiscales interregionales, un instrumento que el Gobierno del reino se niega publicar y que los Gobiernos regionales, o no reclaman, o reclaman con la boca chica ya que los últimos datos publicados corresponden al 2005: el Gobierno (anterior)  se comprometió a que en Octubre del 2011 publicaría los del 2009, ¿los han visto Uds. publicados?, ¿son conscientes de que haya muchas reclamaciones para que se publiquen?.

2) Existen regiones que sí pueden existir pero de forma limitada, es decir, sólo con ciertas competencias transferidas pero no con todas las que los Gobiernos habidos en el reino les han transferido a lo largo de los años porque no pueden pagarlas, y entiendo que debe dar igual que esto lo haya dicho la Sra. Esperanza Aguirre, alguien que tiene un color político concreto por lo que ha levantado ampollas, ya que es cierto.

Porque para liar más la cosa, el tema de las regiones, de las CCAA, es un tema que, siendo ex- clu-si-va-mente económico, se ha politizado en su totalidad. Gobiernos y administraciones con colores distintos o iguales al del reino, yendo por libre o haciéndose de soporte para conseguir más generando un apoyo interior y vuelta a empezar. Como ejemplo: ¿cuántas obras absurdas, inútiles, inmantenibles, insostenibles, se han ejecutado en las regiones españolas con el dinero de otros y ahora ni se sabe qué hacer con ellas ni se pueden pagar?, y lo peor: ¿quién pide responsabilidades a los políticos-del-color-que-sea por ello?.

Ahora vendrá el control previo de los presupuestos regionales: siempre igual, siempre a toro pasado, siempre tras el desastre, pero, ¿va a llegar el Sr. Ministro de Economía hasta donde hay que llegar?. ¿Se va a meter el Sr. De Guindos y quienes le ayuden en la tarea en las ineficiencias cometidas y en las que se están cometiendo, en las duplicidades, en los expolios a unas y en los regalos a otras?, ¿en los malgastos?, ¿en los dispendios?. El puede entenderlo muy bien: en su puesto en Lehman tenía que responder de una cuenta de explotación, que ahora haga simplemente lo mismo teniendo en cuenta que existen unas cosas denominadas ‘bienes públicos’.

¡Pero que se arregle de una vez este desaguisado en el que llevamos inmersos más de treinta años!.

(Se siguen con los inventos: potenciar el trabajo a tiempo parcial para, así, dicen, reducir el paro. ¡Que no!, ¡que eso no va así!, ¡que el trabajo a tiempo parcial sólo funciona cuando lo pide el trabajador, no cuando lo impone la empresa!. El trabajo a tiempo parcial supone una reducción salarial en proporción al tiempo que no se trabaja, con remuneraciones elevadas, como en Países Bajos, la oferta de trabajo a tiempo parcial es elevada, en países como España con salarios medios bajos es prácticamente nula. Otra cosa que aquí no se ha entendido es que la mayoría de las actividades españolas no necesitan ‘horas de persona’, sino ‘personas’, y las que sí las necesitan llevan años utilizando el trabajo a tiempo parcial, como la enfermería.

Pienso que el trabajo a tiempo parcial va a ser un fracaso para crear empleo nuevo y que va a reducir en nada la población desempleada: ya existe la contratación temporal; para lo único que puede servir es para enlentecer el aumento del desempleo: si a una empresa le dejan modificar el contrato a tiempo completo de un trabajador por dos a media jornada y si por la actividad que desarrolla a la empresa le da igual, se evitará el despido de uno, la empresa reducirá sus costes laborales, ese trabajador no pasará a engrosar las listas del paro, y sindicatos y políticos podrán ponerse una medalla; pero tal proceder no genera ni un gramo de PIB, y el subempleo se dispara, y el desempleo ya existente ahí continúa (a no ser que se cambie la definición de ‘parado’, claro).

¿A qué me suena todo esto?, a cortina de humo, aunque ahora Albania ya sea una buena chica. (‘Wag the Dog’, Barry Levinson, 1997).

(En Grecia ‘los mercados’ personalizados en elija-Ud. misma/o-la-institución, han pedido / solicitado al Gobierno que se lo monte como quiera pero que reduzca el salario mínimo el 16% para los menores de 25 años; la razón ha sido la habitual: el peligro de condenación financiera eterna. La pregunta se impone: partiendo de la base de que existe un límite -físico- a los recortes y los sacrificios ‘de los que siempre los padecen’, ¿dónde se hallará este situado en la actual situación?).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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