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Las tecnológicas USA ¿están realmente caras?

Santander Private Banking - Sabado, 19 de Agosto

El sector de tecnología del S&P 500 se revaloriza más de un 30% en los últimos 12 meses. En lo que llevamos de 2017, el S&P 500 se ha revalorizado un 10%, mientras que el sector de tecnología dobla ese resultado, con un avance superior al 20%. Estos avances han llevado al índice sectorial a superar los máximos históricos del año 2000 y a despertar temores sobre si estamos ante una nueva burbuja del sector tecnológico.

El sector tecnológico es uno de los más rentables de la bolsa estadounidense, con un ROE superior al 20%. Además, esta rentabilidad para el accionista se mantiene en niveles similares o superiores desde comienzos del año 2010. Aunque es cierto que las principales ratios de valoración muestran una tendencia creciente durante los últimos años, éstas se encuentran en el entorno de las medianas históricas, por lo que no podríamos hablar claramente de valoraciones excesivas. A diferencia de lo que ocurría en el año 2000, las empresas de tecnología actuales están respaldando los incrementos de las cotizaciones y las expectativas de crecimiento con resultados.

La evolución de (i) los beneficios, en máximos históricos y triplicando los del año 2000; (ii) los flujos de caja, con una evolución similar, y (iii) la liquidez de las empresas, que supera en más de cinco veces la de entonces, apoyan unas perspectivas favorables para el sector.

El consenso de analistas espera un crecimiento medio de los beneficios del sector de tecnología del 10% para este año y los dos próximos, similar al del conjunto del S&P 500. En la medida en que las compañías tecnológicas puedan cumplir dichas expectativas, las cotizaciones no tendrían por qué sufrir en los mercados. La pregunta que cabe hacerse es, por tanto, si crecimientos de los beneficios de esa magnitud son factibles. En nuestra opinión, podrían ser incluso superiores.

Por una parte, con los registros actuales, la tasa de crecimiento sostenible de los beneficios, calculada a partir del ROE y el payout, rondaría el 15%, superior al 10% esperado por el mercado. Además, esta tasa de crecimiento asume que no se producen cambios en la estructura de financiación de las empresas. Por tanto, un hipotético incremento del endeudamiento podría mejorar los retornos para los accionistas para un sector que cuenta con unos márgenes operativos superiores al 20%. Dicho apalancamiento podría impulsar el ROE, asumiendo estabilidad en los márgenes, hasta niveles más próximos al 25%-30%, lo que supondría un argumento adicional para asistir a mayores revalorizaciones. El escaso endeudamiento del sector hace además que sea muy poco sensible a la normalización de la política monetaria en la que la Fed se encuentra inmersa.

En definitiva, el sector tecnológico (i) cuenta con unas ratios de valoración en línea con niveles medianos de largo plazo, por lo que no podemos hablar de una sobrevaloración bursátil; (ii) tiene una posición de liquidez excedentaria y un endeudamiento prácticamente inexistente; y (iii) cuenta con un potencial de crecimiento de los beneficios que, en nuestra opinión, incluso podría superar las expectativas del consenso. Por todo, recomendamos seguir con exposición al sector de tecnología del S&P 500 en las carteras globales de renta variable, especialmente si se produjese alguna corrección de las cotizaciones que hiciese más atractiva la compra en términos de valoración.




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