La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Lea antropología para entender la vida, y los mercados

Carlos Montero - Miercoles, 10 de Julio

Me gusta la antropología. Le mucho sobre el tema, y hace unos años consideré seriamente volver a la universidad para cursar estos estudios, aunque finalmente me decanté por la historia, otra de mis pasiones. La antropología me ayuda a explicar comportamientos humanos que nos pasan desapercibidos, o damos como normales y sin causa aparente. Casi todo tiene una explicación antropológica. También los mercados financieros. Los sesgos emocionales tienen una base antropológica. Los sesgos emocionales controlan nuestra operativa en los mercados, y de su dominio depende que podamos sobrevivir o no a ellos. 

Recientemente leí esta reflexión interesante de Stefan Cheplick, un joven y brillante analista de marketing, que gestiona su propia cartera con bastante éxito: 

El otro día un amigo y yo estábamos hablando mientras caminábamos por Bryant Park en la ciudad de Nueva York. La humedad era alta. Imagine estirar tu mano y sacar agua tibia del aire. Eso es lo que se sentía. 

Mientras hablaba con mi amigo, un tipo genial con estilo de artista y una bolsa de arpillera, noté algo en el centro de nuestra conversación. Estaba casi obsesionado con las cosas que iban mal en el mundo. ¡Desigualdad de riqueza! ¡Explotación! ¡Codicia! ¡Política!  

Con los años, he notado un número creciente de personas como él. Nada será lo suficientemente bueno. Nada estará bien. 

Pero lo que he aprendido es que él realmente está ayudando. He aprendido que esto es lo que hace realmente progresar las cosas. Las cosas progresan por el descontento. 

El descontento conduce a la crítica, la crítica conduce a la retroalimentación, y la retroalimentación es lo que empuja a los partidarios a construir mejor y trabajar más duro. Su indignación, su disgusto y su rechazo es lo que realmente alimenta el progreso. 

En los mercados financieros, recordé la frase de: "Los mercados alcistas escalan el muro de la preocupación". 

Y así, mientras muchos se han quejado todo este tiempo, el mercado de valores, en el que se puede comprar con unos pocos dólares y una aplicación móvil, ha estado haciendo esto: 




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