La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Del limpio casas, cuido niños y ancianos, al alquilo habitación. Farolas del barrio, empapeladas…

Moisés Romero - Lunes, 09 de Marzo

"Pasado y superado lo peor de la Crisis, las farolas de mi  barrio, una urbanización que se erige en la parte de final de la emblemática calle madrileña de Arturo Soria, las farolas, todas sin excepción, estuvieron meses empapeladas con anuncios de demandas de empleo variopintas, pero indicativas del nuevo proceso al que se dirigía, y ahí estamos, en la clase media madrileña y, supongo, que la española. En los últimos meses vuelven a multiplicarse los anuncios, que, pegados con celofán, en las farolas o porterías se ofrecen para realizar todo tipo de labores. Han proliferado, también, las pegatinas con casas de putas en pisos y chalet, y quizá por ello serán calculadas en la elaboración del nuevo PIB. La gente se ofrece para: pasear perros (a primera hora de la mañana o última de la tarde); Se dan clases de inglés (conversación de inglés para niños. He vivido en UK) Se saca la basura (a los contenedores de reciclado: vidrio, cartón, etc). y ahora, en los últimos meses, la oferta siempre conocida de "limpio casa, cuido de niños y ancianos ha sido sustituida por alquilo habitación" En muchos barrios de Madrid y de otras capitales del Reino de España sucede lo mismo ¿Por qué esta nueva e intensa ofensiva?..."

"Los que ofrecen los servicios de siempre, los tradicionales (limpieza, pintura, cuidado de casas, niños y ancianos) generalmente son inmigrantes, aquellas familias que o bien no han querido volver a su país, no han podido o bien han estado cobrando el paro estos años hasta que se les ha acabado y la mujer busca limpiar casa y el marido cualquier chapuza. He tenido la ocasión de ver cómo marido y mujer colocan las pegatinas en las farolas. O cómo acuden, siempre marido (compañero) y mujer (compañera) juntos a las porterías. No es una actuación unipersonal, sino conjunta..."

"El nuevo formato de alquilo habitación va arraigando de manera clara y rápida: una fuente de ingresos en dinero negro, que sirve para pasar mejor el mes. El número de personas que viven solos en las ciudades aumenta a gran ritmo: divorciados, solterones, viudos, viudas...Va cambiando la fisonomía de las ciudades..."

"Ahora que tanto se habla de las medidas no convencionales del BCE, copiando la f´romula de los QE en USA, bueno es recordar a las Autoridades Globales, que los estímulos de los bancos centrales no han llegado a la economía real; que la recuperación incipiente o más consolidada va por barrios, incluso dentro de un mismo barrio hay altibajos, y que el divorcio entre la vida real y los mercados financieros vuelve a ser clamoroso. No creo que las autoridades globales, los bancos centrales hayan dado con la fórmula", me dice un viejo lobo de mar de la Bolsa española.

***

Y a propósito de este fenómeno, la carta que me envió un amigo hace un año  ¡cómo pasa el tiempo! y que la les comenté en su día:

"Ahora que nos han empujado a la Europa de segunda ¿Alguien esperaba jugar la champion league? y que dependemos de las dádivas del FMI y del BCE, aprovecho para contarles que llegué a Madrid hace treinta y cinco años. Coleaba la Crisis del Petróleo. Los grises (policía) repartían hostias a diestro y siniestro en mi Facultad. Sólo un puñado de hijos de papá iba a estudiar en coche. Hubo muertos en manifestaciones tras la muerte de Franco y mucho miedo a la Democracia. Viví Los Pactos de la Moncloa y, ya metido en los avatares de una Bolsa, que movía entonces menos de 100 millones diarios de las antiguas pesetas, le vi el rabo al Diablo Cojuelo con que los involucionistas de la época dibujaban al PSOE y a su líder Felipe González. Fue entonces, curiosamente, cuando el periódico económico de entonces abrió su edición con la gran noticia: "La Bolsa de Madrid negoció ayer 100 millones de pesetas". Todo un récord", recuerda M.S.S. compañero mío en la Facultad de Periodismo.

“Pero hoy, amigo Moisés”, continúa, “no te voy a hablar de la inmediata revolución y algarabía alcista en la Bolsa española, que eso ya lo escribiste tú entonces. Hoy quiero comentarte algo que me encoge aún más mi estado de ánimo (tengo 53 años y estoy en el paro. Y lo que es peor, ni expectativas de encontrar empleo, porque soy un trasto viejo para una sociedad engordada con la cultura del pelotazo)...”

“Recordarás que estuve unos meses en una pensión de la madrileña calle Príncipe de Madrid, en el número 7. Cuando volvía de la Facultad, muchos días andando, porque no tenía dinero ni para el metro ni para el autobús, siempre miraba el buzón verde buscando el olor de una carta recién llegada del pueblo. Era un buzón grande y en él siempre había notas, a modos de esquela, escritas a mano y pegadas con papel de celofán…”


“Dentista en el número 8, piso 2º; arreglo abrigos, faldas y medias a buen precio; trabajadora de la limpieza, recién llegada del pueblo, busca empleo; arreglo zapatos; enfermera cuida personas mayores; practicante las 24 horas en el número 17, 5º A; hago portes; taxista para cualquier punto de España; mecanógrafa y taquígrafa trabaja por horas; repartidor busca trabajo; camarero con buenas referencias…”


“Luego fui dando mil tumbos por varias pensiones y pisos de la ciudad. Me casé, con la cultura impresa, como un sello de esos con que marcan los toros bravos, de que no eres nadie en España si no tienes un piso en propiedad. Eso me dijo mi padre un día cuando fui a visitarlo al pueblo: “No me creo que tengas carrera (Licenciatura) si no tienes un piso.” Y me endeudé hasta las cejas, como ha sucedido a millones de españoles en la última década…”


“Pero entonces, en aquella época, el pluriempleo era moneda de curso legal. Y había pluriempleo, porque había expectativa de crecimiento, de ir a más. Es decir, justo lo contrario de lo que sucede ahora: miles de españoles endeudados hasta las cejas, que nunca podrán pagar lo que deben. Creo que eso no está reflejado en los balances bancarios…”


“No quiere entretenerte más. Vivo en Arturo Soria. En el último año las farolas de esta calle emblemática (siete kilómetros de recorrido) están llenas de pegatinas (la mayor parte de ellas escritas o mal escritas, como entonces, con ordenador. Farolas que ofrecen carnaza de todo tipo: señora con buenas referencias…pintamos casa con precio a convenir (sic)...cuido niños por la noche…arreglamos cortinas, persianas…tapizamos todo tipo de sillones…saco perro a pasear…hago colas para DNI, Permiso de Conducir, Entradas de Cine, Conciertos…putas”


“La España del farol (tirarse un farol); la España de la Pirámide de la especulación inmobiliaria, está escrita en las farolas. Madrid está lleno de peticiones de empleo, de cualquier tipo, pero pegadas en las farolas. Como hace treinta y cinco años ¿Es posible una regresión de tal calibre? ¿Y la Bolsa puede subir con este bagaje?...”


Recibe un gran abrazo de tu amigo M.S.S.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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