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Los bancos centrales tienen como objetivo la manipulación de los mercados para fingir que no pasa nada

Carlos Montero - Viernes, 19 de Junio

Que los bancos centrales de todo el mundo están aplicando todas las herramientas de las que poseen, y casi de las que no poseen, para evitar que la enorme recesión mundial que ha provocado la crisis sanitaria no se convierta en una Depresión peor que la del 29, es algo por todos sabido. Pero las preguntas que debemos hacernos son, ¿qué subyace detrás de estas medidas sin precedentes¿ ¿tendrán éxito?

Contestando a la primera de ellas, la teoría detrás de deprimir artificial e indebidamente los tipos de interés, y de inyectar liquidez a los mercados, es que se estimula que la gente se endeude para consumir más, compre acciones y otros activos financieros de riesgo, e invierta de forma productiva. En otras palabras, como dice el economista Guillermo Barba, los bancos centrales tienen como objetivo la manipulación de los mercados para fingir que no pasa nada, y para eso, inyecta cantidades ilimitadas de dinero.Barba añade:

Pero crear dinero digital infinito no es lo mismo que crear riqueza infinita, pues para satisfacer gustos y necesidades, primero hay que producir los bienes a partir de recursos siempre escasos y finitos.

Por supuesto, puede ignorarse la realidad, pero no por ello va a desaparecer. ¿Cuál es esa realidad? Que el mal manejo económico de la crisis por Covid-19 ha provocado la mayor destrucción de riqueza a nivel global de toda la historia. Podemos actuar como si eso no hubiera ocurrido, pero la verdad nos dará un golpe en la nariz.

De manera que el optimismo infundado en que habrá una “recuperación en forma de V”, recibió un balde de agua fría.

Las palabras de Powell la semana pasada, fueron contundentes al señalar que es posible que “muchos millones de personas no puedan volver a sus antiguos trabajos”, y que “podrían pasar algunos años antes de que esas personas puedan encontrar un empleo”.

A los inversores no les gustaron esas palabras, pero a pesar de ello, seguimos pensando que por ahora es más probable que el optimismo prevalezca. Y es que después de tocar fondo, cualquier mal dato publicado en próximos meses, se verá como una mejoría o crecimiento respecto al fondo, que todo indica, habremos tocado durante abril o mayo.

Si a esto sumamos la próxima elección presidencial en EEUU, en la que todos los esfuerzos de gobierno y campaña del presidente Trump se enfocarán en destacar sus logros, apoyos a la población y estímulos fiscales a la economía para ganar su reelección, la mesa está más que puesta para que el optimismo se mantenga.

Pese a ello, no debemos pasar por alto lo que debería ser obvio: si la economía más importante y grande del planeta no tendrá una recuperación pronta, ¿puede imaginar lo dura que será para el resto del mundo? Las perspectivas para los inversores van de mal en peor, por lo que desgraciadamente pese el optimismo oficial que veremos en próximos meses, lo peor de la crisis en economía, empleo queda todavía por venir.




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