La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Los jóvenes asumen demasiados riesgos con un dinero que no pueden permitirse perder. Las redes sociales y las aplicaciones alimentan la búsqueda de emociones”

Moisés Romero - Jueves, 29 de Abril

Atrapados, la mayoría, en sus miserias, con sueldos bajos y precariedad laboral, los jóvenes buscan ingresos por todas partes. Si es un pelotazo, mejor, entendido, claro, como una operación económica, que produce una ganancia grande y rápida. Un camino a la ruina. Los bancos centrales, y los bancos de siempre, nos quieren llevar al matadero sea como sea. A unos más que a otros. Principalmente a los más jóvenes, a los que no han conocido una gran crisis bursátil, un crash en toda regla. Como el de 1987, que dejó durante varias semanas al mercado español desamparado, sin poder casar operación alguna, por una caía histórica de Wall Street, que arrastró a todo el mundo. Aquí teníamos una normativa inflexible, muy rígida y nada a adaptada a las circunstancias, que ya se habían impuesto en otros mercados. A los más viejos del lugar será muy difícil llevarnos a la Bolsa a punta de pistola. Hemos sufrido y visto mucho. Caer en la trampa sería apostar por el suicidio. Los jóvenes son la carnaza...", me dice un gestor ya jubilado, que me envía el siguiente enlace a propósito de esta situación loca, perversa

"A través de su implacable apoyo a los precios de los activos, la Reserva Federal ha condicionado a los inversores jóvenes a que puedan disfrutar de los rendimientos superiores a la media de los activos de riesgo sin asumir el riesgo asociado".

Un gran artículo en el enlace que sigue: En 1993 comencé mi carrera en la industria de la gestión de inversiones. La economía estaba saliendo de una recesión y entrando en un auge de beneficios saludable y un mercado alcista prolongado. Con la ayuda de mayores ganancias y un mercado de valores en alza, muchas de mis recomendaciones iniciales sobre acciones funcionaron bien.

A medida que avanzaba el ciclo del mercado de la década de 1990, recibí promociones, aumentos y, finalmente, el trabajo de mis sueños como analista y coadministrador de un fondo de pequeña capitalización en Nueva York. Estaba condicionado a creer que todo en el mundo de las inversiones saldría según lo planeado. Yo era un inversor joven y demasiado confiado, ¡una combinación muy peligrosa!

https://palmvalleycapital.com/post/a-generational-buying-moment

Jesse Felder@jessefelder

 

Y otro muy, muy recomendable: ¿Qué tipo de inversor es usted? Los jóvenes asumen demasiados riesgos con un dinero que no pueden permitirse perder, y las redes sociales y las aplicaciones alimentan la búsqueda de emociones.

Fernando Luque@MorningstarES

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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