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Los líт­mites

Santiago Niño Becerra - Viernes, 22 de Febrero Existen, ¡y tanto!, pero no están donde se dice.

Escribir sobre lo que Uds. a continuación van a leer tiene el problema de que, siempre, pero más ahora, etiqueta. Debe ser la décimo sexta vez que lo digo: lo repito: ni estoy detrás de ningún políт­tico ni tengo a ningún políт­tico detrás; ¿síт­?. Vale.

Toda la polvareda que se está liando en relación a la salud de las entidades financieras españolas (a mi me han llegado “cosas” de cinco, seguro que a Uds. de más) tendríт­a una salida muy fácil, pero hay que tener huevos -u ovarios- para pedirla, hay que tenerlos para aplicarla, y hay que tenerlos para aceptar las consecuencias que de su aplicación se deriven. ¿El 9M?. Veremos si estos rumores se diluyen tras en 9M.

Esta salida consistiríт­a en ir al origen del problema, ¿el Financial Times?, pues ahíт­; ¿quién?, un consorcio formado por las entidades financieras españolas: bancos y cajas, de la mano; no con el Banco de España abriendo frente, ¡que va!. Una vez en el origen se piden pruebas; de tal petición se derivaríт­a: o bien que el origen es un mentiroso, lo que pondríт­a en marcha un aparato legal que deberíт­a ser destructivo y que tendríт­a que ir acompañado no ya de publicidad con nombre y apellidos, sino de propaganda; o bien que lo que dice el origen es cierto, y si lo es debe ponerse en marcha un proceso auditor que llegue a abrir los cajones de las mesas de los despachos de los presidentes de esas instituciones a fin de llegar hasta el fondo del fondo de toda esa mierda que se ha demostrado cierta, y si han de caer tres, como si han de hacerlo siete. Vuelvo a preguntar: ¿hay huevos -u ovarios- de poner en marcha ese proceso?.

Ignoro absolutamente la situación real de las entidades financieras españolas, belgas y canadienses, por decir algo, seguro que Uds. de eso saben más de lo que sé yo, pero es que, si he de serles sincero, prefiero no saberlo; ¿por qué?, pues porque lo poco que sé me eriza los pelos de la nuca: el 50% de la pasta que el total de las instituciones financieras españolas ha dado en forma de créditos a quienes han solicitado uno hipotecario ha procedido del exterior, la deuda de las/os españolas/es alcanza el 120% de su renta, hay familias que han de dedicar hasta el 65% de sus ingresos -netos- a pagar las deudas que tienen contraíт­das, la deuda privada en España se acerca al 220% del PIB.

El principal partido de la oposición podrá decir lo que quiera porque estamos a las puestas del 9M, pero, convendrán conmigo que, al margen de lo que diga FT, la situación acojona; y ojo, que el principal partido de la oposición no olvide que él, cuando gobernaba, contribuyó a crear esta situación (y esto no se lo han recordado, ¿curioso, no?). Y por eso decíт­a lo del post9M.

Si todo es una mera propaganda de mierda para asustar al personal (y alguien deberíт­a pagar por ello, insisto), no pasarán demasiadas cosas: el 10M, se hablará de otra cosa y punto; pero si no es asíт­, si todo lo que se insinúa por los pasillos oscuros y en los reservados recónditos es cierto, entonces, a la problemática existente se sumará otra; otra mucho más perversa y muchíт­simo más peligrosa.

A los problemas que pudieran tener las entidades financieras españolas, se uniríт­a la progresiva caíт­da en la actividad económica que se va a ir produciendo: menor generación de PIB desde la oferta, muchíт­sima menor creación de empleo, destrucción de empleo, menor generación de PIB desde la demanda (significativo: el Sr. David Vegara, secretario de Estado de Economíт­a, el Miércoles pasado: han caíт­do más las importaciones que las exportaciones, por eso resta menos el saldo exterior al PIB. Por cierto, en el 2006, las partidas de Alta y Media Tecnologíт­a fueron las responsables del 43,49% del déficit del reino, significativo de cara a la productividad, ¿no?). Es decir, a esa situación de la banca y de las cajas de la que se continuaríт­a hablando tras el 9M, se añadiríт­a el crecimiento de la tasa de impagos y un menor volumen de negocio. (Supongo que se han apercibido que todos los tiempos verbales se hallan escritos en potencial).

Además
Y en USA, se dice, tienen un problema de inflación. ¡Que no!, ¡que hoy, la inflación no es ningún problema!; ayer estuvimos hablando de esto en clase. ¿Se quiere reducir la inflación?, pues se incrementa la productividad; que eso tiene consecuencias no deseadas (piensen en España), pues no se hace y, cuando llegue el núcleo de la crisis y se derrumbe el consumo, ya bajará la inflación. ¿Ven que fácil?.

“¡Siempre cosas tristes!” van a acabar diciéndome. Vale, hoy, un chiste. Habíт­a una vez un prestatario que iba viendo como se acercaba el díт­a fatíт­dico en el que debíт­a pagar su deuda, fatíт­dico porque el prestatario sabíт­a que no podríт­a pagar. No dormíт­a, no comíт­a, su aspecto era macilento y demacrado. La noche anterior al díт­a en que debíт­a pagar, no pudo aguantar más, cogió el teléfono, llamó a su prestamista y le espetó: “Durante díт­as no he dormido pensando en que, mañana, no iba a poder pagarte; pues bien, ya te lo digo: mañana no voy a poderte pagar. Esta noche, tú, no sé, pero yo voy a dormir a pierna suelta”. Es un chiste, de verdad de la buena.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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