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Los obispos de la Edad Media creían conjurar la peste a golpe de hisopo, como los políticos de ahora

Moisés Romero - Lunes, 08 de Agosto Nunca un lunes mereció tanta expectación, ni siquiera Los dos Lunes Negros que sellaron dos crash en Wall Street. El lunes de hoy, hoy lunes, ha sido considerado por los más nerviosos, presa del pánico, como definitivo. Pero no será así. La CARTA de hoy la escribí el 19 de febrero de 2010, pero tiene máxima actualidad: La pandemia más destructiva en la historia de Europa fue la peste bubónica que asoló al Viejo Continente entre los años 1348 y 1361, ya la que se dio el nombre de "muerte negra". La palabra "bubónica" se refiere al característico bubón o agrandamiento de los ganglios linfáticos. Esta plaga es propia de los roedores y pasa de rata en rata a través de las pulgas: la pulga pica a una rata infectada y engulle el bacilo junto con la sangre; este bacilo puede quedar en el intestino del animal durante tres semanas y cuando pica a otro animal o a una persona, lo regurgita e infecta. En el caso de la verdadera peste bubónica, los humanos sólo se contagian por la picadura de la pulga, nunca por contacto directo con un enfermo o a través de la respiración. El transmisor más común de esta infección es la rata negra (Raltus rattus)...

...Este animal es amigable con el hombre, tiene aspecto agradable y está cubierto de una piel negra y brillante. A diferencia de la rata marrón que habita en las cloacas o establos, ésta tiende a vivir en casas o barcos. La cercanía con el hombre favoreció la traslación de las pulgas entre ratas y humanos, y así se propagó la peste. La enfermedad, ya fuera en el caso de las ratas o de los humanos, tenía una altísima tasa de mortandad, y en algunas epidemias alcanzó el 90 por ciento de los casos, siendo considerado “normal” un índice de fallecimiento promedio del 60 por ciento…


...A lo largo de la historia, las plagas de peste bubónica han sido escasas. Se conocen cuatro grandes pandemias: la de Justiniano (540-590 d.C.), que puede haber llegado hasta Inglaterra; la “muerte negra” (1346-1361); la “Gran Plaga” en la década de ¡660, y una pandemia que comenzó en Asia en 1855 y causó muchas muertes en Cantón, Hong Kong y Rusia, llegando a Gran Bretaña en 1900, donde produjo decesos en Glasgow, Cardiff y Liverpool. En la última pandemia, Ogata Masanori notó tal cantidad de ratas muertas que ¡a denominó “la peste de las ratas”. En China y Rusia prevaleció la epidemia del tipo neumónica, y en Europa se propagó la del contagio por picadura de pulgas a ratas infectadas….

...No se sabe cuántos murieron en los terribles años de 1348 a 1349, ya que no hay estadísticas de mortalidad ni censos, como en la plaga de 1665. Nadie en el siglo XIV podía estimar la mortalidad en números, dada la poca confiabilidad de los datos. La situación se complicó más por el hecho de que la muerte negra no apareció en una sola visita. Hubo epidemias recurrentes en cuatro o cinco ocasiones antes de fines del siglo XIV. La peor de ellas infectó en 1361 a Inglaterra, Francia y Polonia, entre otros países…

Y a continuación viene un dato interesante: Unos pocos monasterios consignaron los números de sus propios muertos: la Iglesia de Cristo en Canterbury sufrió sólo cuatro muertes de entre ochenta clérigos, relacionadas quizá con otras enfermedades sin vinculación con la plaga. La Gran Abadía de Crowland también eludió la peste, aunque el mantenimiento de sus propiedades se vio afectado. En el otro extremo, en Luffield Priory, murieron todos los monjes y novicias, así como en St. Mary Magdalen, en Sandon; y en un convento en Wolthorpe sólo sobrevivió una monja. Entre estos dos extremos hay once casas, el grupo mayor de una serie que perdió más del 75 por ciento de sus miembros; nueve de ellas con índices cercanos al 50 y 75 por ciento, y dos únicamente que registran un número de víctimas de la plaga menor al 50 por ciento…

...Si bien esta evidencia no es, suficiente, se podría suponer que existió una semejanza entre la proporción de muertes en los monasterios y en la población. Este modelo coincide con el conocido comportamiento y las características de la forma neumónica de esta plaga. Había una considerable variación en la transmisión de la infección y. por lo tanto, de la mortalidad en Inglaterra y Europa. Los pueblos, abarrotados y cercados, sufrían un riesgo mayor. La densidad de la población y la facilidad de las comunicaciones ayudaban a propagar la enfermedad. En los populosos condados del este de Inglaterra…


...SIGLOS DESPUÉS, la clave es muy similar, sigue estando en los dos extremos. Unos se salvan y otros parecen ¿Y qué hicieron los que se salvaron? Cogieron el hisopo y se lanzaron por aldeas y poblados creyendo que a fuerza de agua bendita desaparecería la peste. Es decir, como los políticos de ahora: hombre enjutos, que les gusta vestir de negro, extender las manos, como los curas desde el púlpito, y airear que la Gran Crisis ya está conjurada, porque ellos (aquí está lo interesante) aún no han perdido su empleo. Ya veremos qué sucede en las elecciones que se celebrarán próximamente en medio mundo.

El gentío, no obstante, se toca la tripa. Se palpa hoy la misma ropa que ayer y contempla cómo el paro sigue creciendo a la vez que nos dicen, a unos más que a otros, que vamos a perder grasa abdominal de tanto apretarnos el cinturón en años y meses venideros. Ya saben ustedes lo que sucede a ambos lados del Atlántico. En España, casi cinco millones de parados y sin pulso económico, como en otros países de la eurozona. EEUU ha perdido los galones (Triple A), con cifras de desempleo históricas a costa de engordar las cuentas de resultados de las empresas, que fabrican sus productos en otras latitudes…

...Hoy, como ayer, los políticos no ASUMEN QUE EL MODELO ESTÁ AGOTADO Y QUE LA GENTE ES MÁS DESCREÍDA, YA NO CREEN EN LOS MILAGROS NI EN LOS GOLPES DE HISOPO

No creo yo, en fin, que esta Peste se cure a fuerza de hisopo. Tampoco a garrotazos.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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