La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Lunes negro, Jueves azul

Santiago Niño Becerra - Jueves, 11 de Agosto ¿Y si lo que estuviesen descontando "˜los mercados"™ fuese la asunción del cáncer que se va a producir dentro de unas semanas y las consecuencias que la aceptación del cáncer, y el cáncer, van a tener?.

Cosas que hace unos meses hubieran dado la vuelta a cotizaciones y tendencias, como la compra de deuda española e italiana por parte del BCE (por cierto, están siendo cantidades bastante reducidas, ¿no?), hoy no merecen ninguna consideración; ¿rebajan la prima de riesgo?, ¿no será que el riesgo real ha llagado a ser de tal calibre que ya da igual el nivel que alcance?.

Se sigue hablando de “˜segunda recesión”™, de “˜frenazo”™; veámoslo de otro modo. Entre el 2007 y el 2009 las toxinas que el sistema ha ido acumulando llevan al modelo a una parálisis. Gobiernos e instituciones agarran el manual y ponen en marcha planes E entre el 2009 y el 2010 para arreglar las cosas. Esas anfetas, los planes E, crean una falsa euforia y durante un tiempo se crea una sensación de que “˜las cosas están volviendo a la normalidad”™, claro que en el fondo tan sólo se produce un cambio de cromos (me gusta esta idea): déficit y deuda por un poco de no-decrecimiento, hasta que se ve que ese camino no lleva a ninguna parte, y cuando el efecto de las anfetas acaba por diluirse: “˜segunda recesión”™.

“˜El frenazo”™, pienso, no es más que la constatación de que las interrelaciones que ha traído la globalización hace que la metástasis sea generalizada, de que es imposible pagar lo que se debe porque es imposible crecer lo que sería necesario crecer para pagarlo debido a que el modo como se ha estado creciendo es irrepetible, de que el nuevo modelo traerá estabilidad, pero menos crecimiento, y mucho desempleo estructural, y un exceso inútil de capacidad productiva. Y, como decía más arriba, eso, pienso, es lo que “˜los mercados”™ están cotizando, unos mercados que saben que en su conceptualización actual van a morir porque fueron construidos por ese modelo que ya está agotado: con el que se ha estado creciendo: con el que “˜el mundo ha ido bien”™.

Además se están dando manifestaciones de que la situación no tiene vuelta atrás. Cuando se critica a las agencias de calificación, ¿se es consciente de que se está criticando a alguien que se creó para que hiciese lo que las agencias están haciendo?, ¿se es consciente de que, parafraseando a aquel clásico: las agencias de calificación “˜son unas hijas de puta pero son nuestras hijas de puta”™: se inventaron aquí para que hicieran lo que convenía que hiciesen, y mientras las cosas fueron como debían ir todo fueron sonrisas: ¿cuántas voces se levantaron contra las agencias cuando en los 90 no hacían más que abrasar a los países subdesarrollados con rebajas en las calificaciones de sus bonos?.

Y en USA “¦, en fin. Pienso que decir que USA merece una cuádruple A suena a boutade. USA necesita que cada día le entren por la puerta 2,5 miles de millones de dólares, simplemente para seguir como sigue, y le han estado entrando, hasta que alguien se ha preguntado si esa situación es sostenible y si USA tiene capacidad para sostener algo así indefinidamente teniendo en cuenta que el modelo que ha propiciado esa situación es el que está agonizando invadido por el cáncer, porque, ¡no nos engañemos!, USA ha podido hacer todo lo que ha estado haciendo porque a todo el mundo le ha convenido debido a que el modelo que se estaba utilizando necesitaba a un USA: utilizando una expresión usada en Catalunya, USA ha sido el “˜palo del pajar”™ del modelo: el eje alrededor del que se ha ido construyendo el modelo, el eje sobre el que el modelo ha ido creciendo. ¡Pero es que ese esquema ya es obsoleto!: ¿para qué necesitan a un USA las grandes corporaciones postglobales de mañana?. (No, no hay un error en los tiempos verbales).

Es decir, las estructuras actuales se han quedado obsoletas, ya no sirven, están caducadas, pero eso tiene consecuencias: ¿qué hacer con una deuda que no se puede pagar?, ¿qué con una capacidad productiva que nunca se va a volver a utilizar?, ¿qué con una forma de hacer basada en un nivel de endeudamiento que jamás va a volver?, ¿qué con una población activa cuya necesidad está yendo de menos a menos e irá a más menos?.

“Siempre seremos triple A”, proclamó hace dos días el presidente USA (El País 09.08.2011, Pág. 16). Sonó al “˜Volveré”™ de MacArthur sólo que sin la fuerza de la potencia de fuego con la que sabía podía disponer el general. Pienso que la Historia resaltará esa frase como el lamento de alguien que intuye que algo se está yendo para no volver. Mal asunto cuando el cashflow se mezcla con la patria.

¡Ah!, me olvidaba. Muchos están despotricando contra las agencias, pero lo cierto es que se les hace caso (¿o será que se pasa de ellas y “˜los mercados”™ ya van por delante de lo que un día después dirán?). ¿Por qué se les hace caso si tan horrendas son? (la posibilidad de que sean “˜agentes al servicio de Moscú”™ ya no es aplicable), ¿se ha vuelto loca la gente?, ¿alguien está sacando beneficios de que USA vaya peor?, ¿o, simplemente, es que tienen razón?.

(Aquí el Sr. Rubalcaba propone un acuerdo por el que se limiten salarios y precios. En los 70 en Suecia se estudió algo así: limitar por ley los incrementos de productividad de las empresas a fin de que el desempleo del factor trabajo no continuase aumentando; se concluyó que era inviable; limitar salarios y beneficios, aunque fuese a nivel mundial es imposible hoy, más mañana cuando sobre lo que se sustentará el nuevo modelo es la productividad: las unidades productivas que sean necesarias contratarán a las personas altamente cualificadas y especializadas que necesiten y las remunerarán de acurdo con el objetivo de incrementar productividad, lo que les llevará a obtener el beneficio más elevado que las circunstancias permitan. Claro que España es diferente).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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