La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Mil novecientos treinta y siete

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 10 de Febrero

A principios del año en curso el Royal Bank of Scotland recomendó vender todo el papel que se tuviese y quedarse tan sólo con bonos de compañías ultrasolventes y deuda pública de países megasólidos. Hace tres semanas George Soros dijo que estábamos como en el 2008, y hace una la OCDE que la realidad era peor que la de 2008 porque peor que entonces era la situación en la que se hallaba la deuda.

Se está pintando un decorado de ‘nueva recesión’, de tormenta antes de que, definitivamente salga el sol, de último ajuste. Como ya hemos comentado en diversas ocasiones no lo veo así.

En el 2007 se manifestó un cáncer en el sistema económico en curso, en el Sistema Capitalista, debido al agotamiento del modelo que se había estado utilizando en los últimos 60 años. Pero como suele sucede se entró en la fase de negación de la enfermedad y se entró en una dinámica de gasto seguida por otra de recortes alternada / continuada –según los lugares– por otras de inyecciones de anfetaminas; y aconteció un sube y baja de ‘si-pero-no-parece que sí-no aún no’. Y hemos llegado al 2016.

Tal y como lo veo la economía mundial NO se halla ante una nueva recesión sino ante una nueva manifestación de una crisis sistémica cuya primera escena la vimos en el 2007. Una crisis sistémica NO resuelta porque nueve años después las dudas y los problemas son muy superiores a las certezas y a los logros conseguidos: no se ha resuelto el tema de la deuda impagable, ni el de la calidad de los activos de la banca, ni el de un desempleo estructural en ascenso meteórico, ni el de una pobreza y exclusión social al alza, ni el de unos déficits imperturbables, ni el de unas expectativas menguantes. No es que la economía mundial no acabe de arrancar de nuevo, es que el motor con el que funcionaba se ha partido y hay que poner uno nuevo …

… y ese motor nuevo aún se halla en construcción: es el nuevo modelo.

Y no, pienso que no son las Bolsas, ni los BRICS, ni los PIIGS, ni los beneficios de las compañías USA, ni los precios de las commodities, ni la depreciación del euro, ni la caída del precio del crudo, ni la no-guerra de divisas, es todo eso a la vez con muchas más cosas pero difuminado porque se pretende diluir su impacto. Y no.

La ‘ventaja’: este tira y afloja pienso que ya no da más de si por lo que se va a tener que empezar a apuntar caminos, por ejemplo: existe un exceso de oferta de ---------, ¿qué se va a hacer con el problema?, y se empezará a abordar el tema (no a aplicar pomadas); por ejemplo: demanda de trabajo hay la que hay, luego que quienes puedan se posicionen en el autoempleo; por ejemplo: los rendimientos de las inversiones se hallarán crecientemente más vinculados a enormes volúmenes de fondos que se moverán en entornos concretos, lugares vetados a los ‘pequeños inversores’.

La última crisis sistémica comenzó en 1929 y finalizó en 1947. No, ahora no habrá una III GM porque a nadie le interesa: quedaría un planeta inhabitable, pero la guerra puede producirse de otra manera: oleadas de imposiciones de medidas –‘esto va a ser así, y punto’– por  parte de organismos e instituciones internacionales con el visto bueno de las grandes corporaciones que son las que mueven la economía planetaria.

Si ahora estamos en algo parecido a 1937 y la II GM comenzó en 1939, el 2016 y el 2017 podrían ser algo parecido al periodo 1937 – 1939, es decir, de tratar de seguir ganando algo más de tiempo y de preparación para el conflicto, aunque nadie ocultará los cañones que se vayan construyendo porque ya no es posible esconder nada.

Pienso que vienen tiempos bastante más revueltos.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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