La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

No, no fueron

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 26 de Agosto

No fueron las subprime, ni Bear Stearns, ni Lehman, ni Northern Rock. Tampoco fueron los planes E, ni el 5 de Mayo del 2010. Ni lo ha sido el petróleo, ni Brasil, ni China, ni las sanciones a Rusia, ni esa situación de sempiterna semideflación de Japón, ni las commodities, ni mucho menos Grecia, ni los bancos; ni las Bolsas. Y por descontado no han sido las anfetas, los rescates, ni las compras masivas de deuda.

Pienso que no se entiende o se entiende muy bien pero se está explicando otra cosa, que nos hallamos en el centro de una crisis sistémica: sis-té-mi-ca, lo que significa que el modelo que estuvimos usando desde los 1950s colapsó por que se agotó, lo que empezó a manifestarse en el 2007 e hizo crash en el 2010. Como en el 29, sí, como en el 29.

Todo lo que han leído en el primer párrafo es parte de lo mismo. Es una plastilina que se enrolla y se combina consigo misma en un constante proceso de amalgamamiento. En la economía postglobal en la que nos hallamos inmersos desde principios de los 1990s todo está vinculado con todo e interpenetrado por todo, por lo que todo influye en todo y se halla influido por todo; en consecuencia no tiene sentido hablar de algo sin hacer referencia a todo lo demás. ¿El submodelo chino se ha agotado?, claro porque todo-lo-otro ya no da más de si, y cuanto peor vaya lo demás peor irá China. Y así con todo.

Y lo que se está diciendo es que China es una cosa, las Bolsas otra, Latinoamérica por aquí, los bancos por allá, …; ¿por qué? pues porque hay que evitar pánicos y preguntas, y la gente tiene que votar en paz, y estar tranquila, y ver los deportes por la tele y gritar a los árbitros, pero no a quienes no hacen lo que saben lo que habría que hacer ni a los políticos de palabras huecas.

¿Qué habría que hacer?: 1) Realizar compensaciones y quitas de deuda: el mundo se debe a si mismo 200 B $: es absurdo imaginar siquiera que eso pueda pagarse. 2) Reconstruir el sistema financiero del planeta: estimaciones apuntan que en el mundo hay dando vueltas 3 mB $ en futuros y derivados; aunque sólo sea la mitad es una cifra ridícula. 3) Contabilizar los activos de los bancos y compañías de seguros por su valor real. 4) Rediseñar el sistema fiscal a nivel planetario y homologarlo, basando la imposición en el gasto según tipo de producto con tipos negativos. 5) Instaurar una Renta Básica mundial. 6) Dar verdadero protagonismo a los técnicos. 7) Eliminar intermediarios que no generan ni añaden valor. Eso de entrada.

¿Por qué habría que empezar? Por la deuda y la Renta Básica.

Y por favor, antes de creer lo que se dice, lo que dicen, medítenlo, analícenlo y contrástenlo muy bien. Y sí: lo que yo digo también.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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