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¡No se dejen engañar, casi nadie en la bolsa opera por fundamentales!

Carlos Montero - Miercoles, 12 de Julio

Hace unos días recibí un correo de un inversor particular en el que me pedía mi opinión sobre el método de inversión que utilizaba en su gestión financiera. Me detallaba una serie de ratios fundamentales a los que exigía cumplir ciertos niveles para plantearse la entrada en un valor.

Teóricamente la argumentación era perfecta. Los ratios utilizados eran correctos, los niveles exigidos también, los criterios de inversión válidos, y aun así, no conseguía tener una rentabilidad de largo plazo suficientemente atractiva para compensar el riesgo asumido. Me preguntaba el por qué.

La respuesta no es sencilla. Se me ocurre que la entrada puede ser correcta pero no así la salida. En la inversión es casi más importante la decisión de venta que la de compra. Podemos elegir bien un valor, pero no saber aguantar cuando se nos va en contra en el corto plazo, o no saber dejar correr los beneficios cuando va a nuestro favor.

Otra opción es que el momento de entrada puede no ser el adecuado. La elección del título puede ser acertada, pero no el momento. Esto provoca que nuestra posición se vaya en contra y salten los stops de protección.

También puede ser, simplemente, que el análisis fundamental no funciona en la actualidad. Me explico:

Recientemente, el analista de JP Morgan Marko Kolanovic, señalaba en una nota a clientes que la gran mayoría de las operaciones que se realicen en el mercado no tienen en cuenta aspectos fundamentales.

"Mientras que las narrativas fundamentales que explican la evolución del precio de las acciones abundan, la mayoría de los inversores en acciones de hoy en día no compran ni venden por los fundamentales de las acciones", afirma Kolanovic.

Según los cálculos de este analista, únicamente el 10% de las operaciones realizadas en bolsa se deben a razones fundamentales (de las operaciones en la bolsa estadounidense, aunque el porcentaje es similar en el resto de mercados desarrollados). La inversión pasiva y cuantitativa representa alrededor del 60% del total, más del doble de lo que representaba hace una década.

"Los grandes estrategas de datos están desafiando cada vez más a los inversores tradicionales fundamentales, y serán un catalizador de cambios en los próximos años", añade Kolanovic.

En la misma línea apuntan los datos analizados por Tabb Group. Las operaciones cuantitativas, conocidas comúnmente como transacciones de alta frecuencia, representan el 52% del volumen promedio de operaciones diarias. Durante los niveles máximos de volúmenes, ésta operativa alcanza un nivel por encima del 60%.

A este tipo de operaciones automáticas hay que sumarles la gestión pasiva, es decir, aquella que se limita a seguir un índice de referencia.

En resumen, si verdaderamente tan sólo el 10% de las operaciones diarias son debidas a razones fundamentales, como defiende JP Morgan, el mercado no tiene en cuenta los fundamentos de las compañías, y por tanto, este método de inversión no funciona en la actualidad. Así de simple.




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