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No, señor Monti. Está totalmente equivocado. Los parlamentos no son el problema

Carlos Montero - Miercoles, 08 de Agosto

No, señor Monti. Está totalmente equivocado. Los parlamentos no son el problemaEl primer ministro italiano, Mario Monti, ha lanzado una ofensiva diplomática en Alemania, concediendo entrevistas con los diarios alemanes más importantes. Sin embargo, él dio un paso en falso mientras hablaba con la revista alemana Der Spiegel. Monti dijo:

"Si los gobiernos dejan las decisiones totalmente sujetas a sus parlamentos sin mantener cierto margen de maniobra en las negociaciones internacionales, será más probable la ruptura de Europa que una mayor integración."

¿Perdón? ¿Un tecnócrata no electo instruye a los gobiernos nacionales a ignorar sus parlamentos? Lo que quisiera conseguir Monti con esas declaraciones, no funcionó. Y ahora él está experimentado un retroceso de popularidad en Alemania, donde en todo caso, hay cerca de un consenso entre los partidos sobre la necesidad de dar al Bundestag una mayor supervisión, a raíz de la crisis de la eurozona y los multimillonarios rescates aprobados.

Las diversas sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional alemán durante la crisis de la eurozona, exigiendo un papel más fuerte para el Bundestag, también muestra cómo Monti está metiéndose en un lío jugando con unos fundamentales democráticos muy asentados.

Como era de esperar, Monti ha atraído las críticas de todo el espectro político alemán. Aquí señalamos algunas recogidas por el prestigioso think tank Open Europe. El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle (del FDP, socio de la coalición del gobierno de Merkel) dijo:

"El control parlamentario sobre la política europea está fuera de toda discusión. Tenemos que reforzar, no debilitar, la legitimidad democrática en Europa".

Alexander Dobrindt, el Secretario General de la CSU (partido hermano de Baviera de la CDU de Merkel) fue mucho menos diplomático,

"La codicia por el dinero de los contribuyentes alemanes está floreciendo de maneras poco democráticas con el Sr. Monti... Nosotros, los alemanes, no estaremos preparados para eliminar la democracia con el fin de financiar las deudas de Italia."

El jefe adjunto de la facción opositora del SPD en el Bundestag, Joachim Poss, sugirió que los "años del inefable Berlusconi" ha socavado la imagen del parlamento en Italia, y añadió:

"La aceptación del euro y su rescate se fortalece a través de los parlamentos nacionales y no se debilitan."

El ramillete de reproches se completó con el portavoz de la Comisión Europea, Olivier Bailly, diciendo:

"La Comisión Europea respeta las competencias de los parlamentos nacionales".

Todo esto provocó que Monti para aclarara su postura en un comunicado:

"Yo sólo quería hacer hincapié en la necesidad de mantener un diálogo continuo y sistemático entre los gobiernos [nacionales] y los parlamentos, con el fin de dar pasos hacia adelante en el proceso de integración europea".

Pero los comentarios de Monti, dan testimonio de una mentalidad elitista más preocupante, que con demasiada frecuencia han sido evidentes en la historia de la integración europea: el control democrático es un incordio que debe evitarse siempre que sea posible. Si él cree que la Europa que emerge de la crisis de la eurozona se puede construir sobre acuerdos a puerta cerrada entre un puñado de líderes de la UE, debería estar preparado para algunas sorpresas muy desagradables. Continuar por ese camino provocará el ascenso de políticos populistas y anti-europeístas por todas partes, ya que los votantes buscarán alternativas. Habremos tirado las frutas frescas con las podridas.

La democracia nacional no es sólo una cuestión de principio, sino que también sirve un propósito práctico: las acciones y políticas que gozan de legitimidad democrática tienen una mayor probabilidad de mantenerse a lo largo del tiempo. Por lo tanto, los parlamentos nacionales no son el problema de la crisis de la eurozona, sino que son una gran parte de la solución.

Irónicamente, ya que Monti se esfuerza por impulsar las medidas de reforma en su propio parlamento, pronto se dará cuenta de cuán lejos de la realidad estaban sus comentarios.

Fuentes: Open Europe




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