Nooooooooooooooo
Santiago Niño Becerra - Viernes, 14 de Diciembre (Ya sé que hoy tocaba continuar lo de ayer, pero las circunstancias ...)Lo habrán visto, seguro. Una señorita escultural aparece en la pantalla y dice que le encanta el chocolate, pero, señalando con una cuchara que sostiene con su mano derecha una de sus caderas se pregunta si le gusta ahíÑ‚Â, y rauda responde “¡Noooooooo!”. Inmediatamente, apunta con la cuchara a su sugerente boca y dice: ¡AquíÑ‚Â, no aquíÑ‚Â!, y con la cuchara realiza un movimiento sobre sus caderas y elimina tropecientos centíÑ‚Âmetros de las mismas. Es el anuncio de una marca de copos de maíÑ‚Âz con chocolate.
Pues eso: ¡Nooooooooo!: no es debido al cierre de los balances de fin de año el motivo por el que los euríÑ‚Âbores están aumentando, ¡que va!, es debido al acojonamiento de los banqueros de aquíÑ‚Â, de allá y de acullá ente lo que se les viene / se nos viene encima. Porque, que nadie se engañe: el superfollón que han generado las subprime no es más que la punta del iceberg del ultrarrequetefollón en el que hace años está inmerso el sistema financiero (mundial, claro, ¿es que hay otro?).
No vamos a volver a contar el tinglado de las subprime porque ya lo conoce hasta el bebé que ahora está naciendo en el hospital de al lado, vayamos más allá. El sistema económico en el que estamos inmersos (si quieren llamarle capitalismo, vale, a estas alturas tanto da) se ha basado en ir, siempre, a más. El punto de no retorno lo alcanzó en la recesión de 1991, la más breve de la historia, recesión que se resolvió de forma brillante: permitiendo que quienes quisieran -no quienes pudieran-, y fuesen empresas o particulares, se endeudasen lo que quisieran, no lo que pudieran.
Cualquier bien o servicio podíÑ‚Âa ser consumido sin problemas porque habíÑ‚Âa crédito de sobra, también los bienes inmuebles, las casas, vaya; el problema es que el precio de una casa no es el de una cena en el restaurante de la esquina; además, con respecto a los créditos hipotecarios se diseñaron “instrumentos financieros” especiales que fomentaban e incrementaban el apalancamiento porque habíÑ‚Âa mucha pasta a ganar. Esto fue generando, a velocidad de vértigo, una red de innumerables efectos cruzados que se iba realimentando a si misma.
Lo que sucede es que esa pasta que circulaba por esa red, ¡NO EXISTIA!. En gran medida habíÑ‚Âa sido generada por expectativas de todo tipo que, en última instancia, se sustentaban en el convencimiento de que el sistema iba a continuar funcionando tan bien, o incluso mejor, como hasta el momento habíÑ‚Âa estado funcionando. Pero claro, todo todito el montaje se basaba en que algunas cosas reales continuasen siéndolo, por ejemplo, que la cantidad y la disponibilidad de los recursos necesarios para que el sistema siguiese girando continuaríÑ‚Âa siendo la que hiciese falta. Y eso ha dejado, ya, de ser asíÑ‚Â.
En la serie “Septiembre”, aquíÑ‚Â, en lacartadelabolsa, desde el 31 de Julio, lo dijimos: viene una crisis, tremenda, brutal, y va a ser una crisis de recursos; de petróleo, síÑ‚Â; de cereales, también; pero también de capitales y de espíÑ‚Âritu emprendedor; y, claro está, de empleo y de capacidad para pagar las salvajes deudas que empresas y particulares han contraíÑ‚Âdo, perdón, que quienes esas cosas deciden les han permitido contraer ! a fin de que el sistema continuase girando. Pero se acabó.
Ya lo hemos dicho aquíÑ‚Â: cada vez se están contando más cosas sobre como las cosas están, ¡y lo que queda por contar!. El 2008 va ser malo, y ya les adelanto que lo van a maquillar, y mucho; pero el 2009 será pavoroso porque cada vez va a haber menos recursos. ¿Los tipos de interés?, ¡que puta maníÑ‚Âa de hablar siempre de lo mismo!: Los tipos de interés dejan de ser un problema en cuanto se quiera que deje de serlo: se bajan, y punto, y van a bajar, mucho: hasta cero; en términos reales van a llegar a ser negativos. ¿Y qué?, ¿va eso a solucionar EL PROBLEMA?.
Y ahora, los Bancos Centrales de las economíÑ‚Âas potentes (¿se han dado cuenta de que no está el de Japón?) salen con medidas para aumentar la liquidez a nivel mundial. Se sigue igual: ¡siguiendo el manual!. Pero si lo cierto es que no falta liquidez, ¡falta confianza!, en que continúen funcionando los principios que regulan el funcionamiento del sistema económico -la filosofíÑ‚Âa del sistema-; ¿por qué?, pues porque el sistema se está agotando, de ahíÑ‚Â la crisis sistémica que se nos viene encima. Se inyectará liquidez, pero no va a servir de nada (Morgan Stanley ya lo ha dicho), y se continuará inyectando; ¡joder!, ¡tan mal lo ven!.
Como en el anuncio: ¡Nooooooooo!, porque asíÑ‚Â, EL PROBLEMA no se soluciona.
(Y, bueno, como decíÑ‚Âa: cada vez se están diciendo más cosas: el Sr. JoaquíÑ‚Ân Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, hace un par de díÑ‚Âas: España va a sufrir más que el resto. Lo decíÑ‚Âamos en la serie “Septiembre”: repásenla).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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