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Perlas

Santiago Niño Becerra - Viernes, 27 de Julio No, no voy a referirme a las que producen las ostras.

Voy a referirme a esas frases que la gente importante a veces pronuncia y que quedan para el recuerdo (la gente no importante también las pronuncia, pero no quedan para ningún recuerdo, a lo sumo son calificadas de frikis, cosa que nunca sucede con las que pronuncian la gente importante); bueno, a lo que íт­bamos.

De perlas pueden ser calificadas las recientes frases pronunciadas por el Sr. Pedro Solves, ministro de Economíт­a del reino, y por el Sr. Miguel Martíт­n, presidente de la Asociación Española de Banca, en relación al plazo de las hipotecas. Dijo el primero que las instituciones de crédito deberíт­an reducir el plazo de las hipotecas porque 50 años es muchíт­simo tiempo. Al díт­a siguiente le respondió el segundo diciendo que los pisos tienen el precio que tienen y que la gente necesita viviendas.

Cuando leíт­ estas palabras, las de ambos, les prometo que pensé lo que en casos parecidos siempre he pensado: que para decir y responder algo asíт­, quien dice y quien responde deben estar de acuerdo, es decir, deben haberse telefoneado la noche de antes y uno haber dicho al otro: “Oye, que los plazos de las hipotecas están fuera de madre y, como ministro, algo voy a tener que decir. Mañana diré que deberíт­as reducir esos plazos”; y el otro debe haber respondido: “Vale. Tu di eso, y yo responderé con el precio de los pisos”. Decíт­a que les prometo que lo pienso, y lo pienso porque, si no, no me explico ni las palabras del ministro ni la respuesta del presidente.

La renta media de la española media y del español medio es la que es, y tanto la española media como el español medio que quieren/necesitan/precisan acceder a una vivienda se encuentran con los precios que se encuentran; la única salida es endeudarse hasta la eternidad, o no comprar la vivienda. Pero, por otra parte, un plazo de pago de 50 años, no es que hoy sea una exageración, hoy es un despropósito. ¿Alguien de Uds. es capaz de decir cómo estarán las cosas en el 2057?. En 1107 existíт­a la certeza de que muy pocas cosas seríт­an muy distintas en el 1157, a lo sumo, alguna peste o alguna guerra que diezmaríт­a o masacraríт­a a un colectivo, poco más; pero, ¿hoy?, que lo que ayer apareció hoy está superado y mañana será viejo.

¿Y si las cosas fuesen por otro camino?, ¿y si el ministro y el presidente lo que estuviesen anunciando en clave jeroglíт­fica -bueno, no tanto- es que se acerca un cataclismo en el que el riesgo de impago de los créditos hipotecarios va a dispararse y que los dadores de esos créditos van a tener que cerrar el grifo crediticio, entre otros motivos porque no se va a vender ni un puto piso?.

Yo me inclino por esto, ¿por qué?, pues porque el Sr. Miguel Martíт­n, en la misma intervención en la que dijo lo referido, dijo otra cosa: que los impagos de los créditos hipotecarios van a crecer (bueno, la morosidad, que queda mejor); hasta el 1%, dijo él; yo pienso que va a ser muchisíт­simo más. Que el señor ministro se quede tranquilo: dentro de muy poco, los plazos de los créditos hipotecarios van a ser muy cortos, cortíт­simos; ya lo verán.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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