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Petróleo y Tiendas

Santiago Niño Becerra - Lunes, 15 de Junio Petróleo. Subió su precio, cayó después, los expertos dijeron que volvería a crecer. El problema, dicen, está en las inversiones. Es un elemento curioso este petróleo. Su precio es función de la demanda, pero como es un bien finito, también de las existencias que de él haya, y cada vez queda menos.

ilustraciónComo cada vez queda menos su precio tiende a subir, y también le empuja la demanda. La productividad en su uso puede aumentar, y su consumo puede regularse: se hará, pero eso tan sólo pospone el problema; y está el tema de las inversiones.

Cada vez queda menos petróleo, y cada vez es más difícil de extraer: “más difícil” = “más costoso”, y cada vez cuesta más hallar nuevos yacimientos, y cada vez hay que poner más pasta encima de la mesa para mantener las instalaciones en solfa. Cada vez hay que invertir más.

Se dice: “como el precio del crudo está demasiado bajo es poco rentable invertir en lo que se ha dicho en el párrafo anterior”; verdad será, pero veamos las cosas al revés. ¿Qué precio debería tener el barril para que fuese rentable realizar todas esas inversiones?. “¡Ostras!, dice el del fondo, ¿está diciendo que el precio lo marque la oferta en función de lo que cueste el proceso de obtención de crudo?”; pues más o menos, sí.

Piénsenlo: en un tema como el del petróleo, la demanda no es lo importante, lo es la oferta. La demanda siempre se conformará con lo que la oferta le de; y si necesita más porque quiere más, se aguantará y regulará su consumo: a través del precio, o como sea. Es un planteamiento nuevo: no es que el precio del barril sea una función de lo que la demanda quiere y lo que la oferta es capaz de suministrar, sino del coste real (metiendo todo) de obtener un barril. ¿La demanda?, pues deberá adaptarse a esa oferta: 1) pagando más, y 2) regulando el consumo.

De petróleo va a haber lo que haya ... al precio que sea. Independientemente de que va a subir, y mucho, va a haber poco, muy poco, por lo que no se va a poder desperdiciar, es decir, se va a tener que utilizar de forma eficiente: aumentando la productividad de su uso y no utilizándolo en cosas que hasta ahora se ha utilizado: ¿qué es más útil: iluminar una calle (eficientemente, claro) o hacer una caravana de cuatro horas para ir a la playa en Verano?. Lo han adivinado: va a ser muy difícil tirarse cuatro horas en una carretera para ir a una playa. “Pero ir a la playa genera PIB”, dice el del fondo; pues sí, por eso ya hemos dicho que el PIB global va a reducirse.

Es otro planteamiento, es otro planteamiento: la escasez y la eficiencia: hay que cambiar de chip, ya.

Tiendas. Las tiendas se quejan: están vendiendo menos. Ya están cerrando algunas, se prescinde de personal, porque están vendiendo menos: todas las tiendas. Mmmmmmmm. Están vendiendo menos en relación a ¿qué?.

Durante los pasados años el nivel medio del consumo privado ha alcanzado unas cotas de vértigo: todo el mundo ha comprado muchísimo de todo gracias al crédito que graciosamente se le ha concedido y a que se ha permitido que los niveles de endeudamiento de ese todo-el-mundo creciesen, creciesen y creciesen. Entonces las tiendas vendían pero nadie decía que vendían requetemuchísimo.

A lo largo de estos pasados años volúmenes de ventas estratosféricos realizados por todas las tiendas se han considerado normales, y normales han pasado a ser considerados crecimientos anuales de dos dígitos. El consumo ha sido hollywood y las tiendas actores, unos actores que han dado por supuesto que el mes próximo iba a ser muchísimo mejor que el actual porque sabían que en el presente estaban vendiendo muchísimo más que en el precedente, y ha estado muy bien: se generaba PIB, y se creaba empleo, y se generaba PIB. Bien, eso se acabó.

Cuando se dice que se acabó el crédito se piensa en “los pisos”, y sí; pero hay otro mundo más allá de la construcción que se ha formado a la sombra del crédito fácil, del dinero barato: el consumo de, por ejemplo, cuarenta blusas o cuarenta camisas de temporada, cada temporada; y eso terminó, y no va a volver, luego hay un PIB que se ha esfumado y un empleo que ha desaparecido, y un PIB que ya no volverá.

Ahora dirán: “Vale, a continuación nos contará que consumir mucho es malo, y que hay que consumir responsablemente, y criticará el consumismo del pasado”; pues no, se han equivocado: el pasado, pasado está, y criticar aquello equivaldría a criticar todo lo que se ha crecido, y a todos nos gustaba crecer, ¿verdad?. Y consumir más de lo necesario no es que sea malo, es que es ineficiente. ¿Qué pregunta el del fondo, qué que es “lo necesario”?. Creo que no vale la pena hablar de eso: ya somos mayorcitos.

“Lo que pasa, insiste el del fondo, es que si no consumimos cada una/o cuarenta blusas/camisas, se genera menos PIB, y se emplea a menos población activa, y se genera menos PIB”; ya sé, ya sé; pero, ¿no vamos a tener que afrontar un cambio sistémico?, pues eso.

Tiendas. Los sucesos acaecidos en las instalaciones de Caramelo: no es, repito, no es una excepción, o no lo será: vamos a ver muchas acciones de este tipo, o de un tipo parecido: eso que eufemísticamente se denomina “conflictividad laboral”: a partir de Septiembre. Interesante lo manifestado por los trabajadores: “sienten “que no tienen nada que perder”” (El País 12.06.2009), y, ¿ya saben cual es el peor enemigo, verdad?. Luego álguienes cuentan que “las cosas están empezando a ir mejor”, ¿seguro?; a mayor abundamiento: que se lo pregunten a las trabajadoras y a los trabajadores de Caramelo.

(Me lo contaron el pasado Jueves: en primera persona. Una empresa, nunca ha impagado nada, ni un céntimo. Llama a un proveedor con el que lleva trabajando décadas y realiza un pedido. Al otro lado de la línea le responden que sí, pero que tiene que realizar previamente una transferencia, escanear el comprobante y remitirlo como archivo adjunto a un mail; ¿por qué?, nuevas normas de la compañía. Luego telefonea a otro, de otro subsector, y lo mismo; e idéntica pregunta, e idéntica respuesta. Y aún no ha sucedido nada.).

(Ya sé, ya sé: el Sábado hablamos de las últimas cifras del Gobierno, pero permítanme un apunte más. Las últimas cifras del Gobierno hablan de una caída, que será muchos mayor de la que el mismo Gobierno había hablado, pero, luego, la “V”, más tarde que hace unos meses, pero de nuevo la “V”; ¿por qué?, ¿qué hará que se produzca ese rebote?, ¿por qué tiene que producirse?, ¿ya se habrá encontrado sustituto al ladrillo?, ¿y al automóvil?, ¿y al turismo?. ¿Cómo va a producirse un rebote con una tasa de paro de casi el 19% en el 2010, según dice el Gobierno, y del casi el 18,5% en el 2010?; y eso sin contar el subempleo. ¿Cómo va llegar la recuperación con un consumo privado que en el 2011 crecerá el 1,2%?. Y con una imapagadosidad al alza, y con un déficit creciente. Son cifras, pienso, de cara a la galería, para ganar unas semanas, para llegar al Verano, luego ...  Y el principal partido de la oposición, ya oyen; en cualquier caso, ¿qué van a decir?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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