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Previsiones (y realidades)

Santiago Niño Becerra - Lunes, 16 de Julio Hace unos díт­as !

! tuve el placer de poder estar charlando durante un rato con un directivo de una de las mayores compañíт­as multinacionales del planeta, un auténtico monstruo en su subsector. Es él, una persona a la que conozco desde hace años y que hacíт­a tiempo que no veíт­a.

Estuvimos hablando sobre lo divino y lo humano, pero, inevitablemente, la conversación acabó derivando en temas del díт­a a díт­a. En un momento de nuestra charla le hice una pregunta que marcó todo el desarrollo posterior de nuestra conversación: ¿qué se respira en tu compañíт­a en relación al próximo futuro, ya sabes, dos o tres años?.

Me dijo algo que me impresionó; que la previsiones que desde la cúpula emanan, los mensajes que la cúpula transmitíт­a en las reuniones y documentos internos de trabajo, apuntaban a un esplendoroso futuro a tres y cuatro años vista; en otras palabras, que hasta el 2010 / 2011, el crecimiento iba a continuar siendo espectacular, como ahora; potente, como en la actualidad; sin flaqueza ni desfallecimiento a pesar de que esta compañíт­a, por algunos subsectores por los que se mueve son, ya hoy, considerados sensibles. Pero añadió algo a su disertación.

Me dijo que los segundos y terceros niveles -él pertenece al tercero- piensan otras cosas y que, concretamente él, piensa que las cosas van a ser muy diferentes a los mensajes y planes emanados desde la cúpula. Pero me dijo algo más.

Que, tal vez, una cosa eran los mensajes que se transmitíт­an a las bases, y otra muy distinta lo que, en realidad, estaba pensando la cúpula. A modo de ejemplo, me habló de que una persona del segundo nivel que él conoce muy bien, le habíт­a manifestado que habíт­a conocido, tan sólo unas horas antes de que fuesen hechos públicos, los resultados correspondientes al primer trimestre del año en curso (ignoraba si eso le habíт­a sucedido a todas/os las/los integrantes de ese segundo nivel); por lo que, tal vez era posible, que, por las razones que fuesen, el mensaje transmitido sea uno, y lo que en realidad la cúpula piensa sea algo muy diferente.

Para meditar, ¿verdad?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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