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Reforma laboral, más.

Santiago Niño Becerra - Viernes, 10 de Febrero

Para hablar un poco más del aniversario, y vista en perspectiva, pienso que el objetivo último de la RL, sobre todo la del 2012, nunca fue expuesto y siempre permaneció oculto: aumentar la competitividad (y desde luego NO reducir el desempleo ni la teporalidad).

Antes del euro, cuando a España no le salían las cuentas devaluaba la Pta., pero con el euro eso dejó de ser posible. Con el euro la vía era y es aumentar la productividad, para lo que se precisa inversión y reorganización productiva, pero muy pocas compañías españolas podían y pueden hacer eso porque fabrican y siguen fabricando bienes y servicios de bajo valor añadido que no compensa tal inversión, luego había que ‘ganar’ competitividad vía costes, y como el trabajo en esa mayoría de empresas españolas juega un papel fundamental, había que abaratarlo. Ese, y no otro, fue el objetivo de la RL, sobre todo la del 2012.

Con la porquería de legislación laboral que España tenía y que había que cambiar el desempleo en España se había situado en el 7,8% en el 2007, cuando ‘España aún iba bien’. Luego la culpa del paro no fue de tal legislación, sino de que el crédito se había paralizado, la deuda privada alcanzado cotas imposibles y ya no se levantaban 800.000 viviendas anuales en España. Pero se dijo que la culpa era de la legislación y laboral, y se aceptó sin rechistar.

Se cambió la legislación laboral, se redujeron salarios, se facilitaron y abarataron despidos, se precarizó el empleo, aumentó la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial, y ‘mejoró’ la competitividad, pero la productividad cayó y el número total de horas trabajas disminuyó, y España continuó teniendo una estructura de PIB basada en el bajo valor añadido.

La Señora Ministra de Trabajo tiene razón: hay un mayor número de personas trabajando hoy en España que ante de la RL-2012. Pero una de cada ocho de esas personas que trabaja es pobre y la competitividad española sigue basada en los bajos costes laborales, como un país en vías de desarrollo cualquiera. Como antes decía, igual es que no puede ser de otra manera y España está condenada a que las cosas sean así.

(Lo he comentado en otras ocasiones, lo recuerdo: en 1850 Francia, Bélgica, Países Bajos, y por supuesto Inglaterra eran zonas totalmente integradas en la Revolución Industrial mientras que la de España era una economía agrícola en la que se escribía sobre la necesidad de realizar una reforma agraria –que abordó la II República a principios de los años 30–. No fue hasta 1960 cuando, de verdad, España se incorporó a la Revolución Industrial. De aquellos polvos … (Sugerencia: vuelvan a verlo: https://www.youtube.com/watch?v=WcbKHPBL5G8)).

http://economia.elpais.com/economia/2017/02/09/actualidad/1486672169_076173.html

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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