La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Repetimos

Santiago Niño Becerra - Lunes, 15 de Octubre En los próximos meses me lo van a leer muchas veces.

Las sociedades, las instituciones, los colectivos, las personas tienden a buscar culpables cuando las cosas no van bien o cuando las cosas no van como se esperaba que fuesen. Hasta ahora siempre ha sido asíт­, y hoy también lo está siendo. Cierto es que “el pueblo” es muy dado a encontrar culpables, pero, no nos engañemos, esa tendencia popular siempre ha venido propulsada por los intereses de personas que se hallan muy arriba en la escala social, es decir, económica, y que son las verdaderamente interesadas en hallar esas “cabezas de turco”, es decir, en señalar a quienes culpabilizar de situaciones embarazosas, peligrosas o, simplemente, interesadas. En la historia, ejemplos hay muchos, pero, posiblemente sean las persecuciones a que los judíт­os fueron sometidos desde las Edades Medias los más conocidos.

Hoy, las rectoras y los rectores de la economíт­a planetaria han encontrado un chivo expiatorio excepcional en las hipotecas basura. Las subprime son un mecanismo muy complejo, nada intuitivo, altamente desconocido, por lo que cargar sobre sus espaldas la culpa de todo lo que está sucediendo y de todo lo que va a suceder es fácil y sencillo; además, como la gente de la calle no tiene ni puta idea de cómo funciona el tinglado y, como además, tampoco sabe que fueron esas mismas rectoras y rectores quienes permitieron la puesta en marcha del proceso, el éxito del mecanismo en el papel de malo malíт­simo está garantizado. El problema es que las subprime no son más que uno de los actos finales de una obra que llevaba décadas representándose, acto que no deja de ser una consecuencia de la trama anterior de la obra.

Es decir, no es que todo estuviese muy bien y que las terribles subprime hayan liado el cotarro, ¡que va!. La situación ha evolucionado de tal modo que las subprime han sido una de las consecuencias lógicas de la situación -una alternativa más para ganar pasta-; el tinglado se ha caíт­do porque ya era insostenible, y cuando esto ha sucedido lo que se ha visto era lo último que habíт­an aparecido: las subprime.

Aunque no sea más que por pura lógica, es absolutamente imposible, y ataca a la inteligencia media el decirlo, que hace seis meses o que hace escasamente dos, todo estuviese de fábula, y ahora todo se esté cayéndose. En un mundo postglobal como el actual, si cualquier cosas da varias veces la vuelta al planeta en veinticuatro horas, ¿cómo puede nadie creerse que los efectos de un instrumento como las subprime que cuenta con un arrastre tan monstruoso, fuese un absoluto desconocido por todos y para todos?.

Ahora, esas mismas y esos mismos que decíт­an que todo iba bien, están diciendo que pasarán cosas, pocas y controlables, porque los fundamentos son sólidos. ¡Por favor!, pero si esos mismos fundamentos fueron los que, por ejemplo, diseñaron y pusieron en marcha las subprime. ¿Qué pretenden ahora?. ¿No acojonar a una población, por desgracia, totalmente ignorante?; ¿forzar a que esa población acabe de endeudarse hasta el último centavo en que se le permita hacerlo?; ¿confundir, aún más, a un personal que, díт­a tras díт­a, cada vez ve menos claro que es lo que sucede a su alrededor?. (En el reino, eso que ha dicho el Deutsche Bank de que el crecimiento va a continuar hasta el 2020 tiene bemoles).

Lo que ahora está sucediendo es, simplemente, que el sistema que hemos tenido, oficialmente, desde 1820 ya ha dado de si todo lo que de si podíт­a dar. Punto. Ahora ya empieza a tocar otra cosa, y, claro está, el sistema empieza rechinar y los rechines van a continuar, más y más. ¡Cuánto se reirán de nosotros los historiadores que en el 2200 analicen la transición sistémica en la que nos hallamos cuando lean que “la culpa de todo” la tuvieron las subprime!. ¡Cuánto!.

Mi pregunta ahora, es, ¿durante cuánto tiempo mas van a hacer durar la pelíт­cula de las subprime?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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