La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

¿Se acuerdan de la Bolsa? Teníamos un activo y creciente mercado de “derechos de suscripción”...

Antonio Castelo - Martes, 22 de Mayo

BolsaComo si de ayer se trataran, recuerdo los apretujados “corros”  ubicados a lo largo y ancho de un abarrotado “parqué” donde rudimentaria contratación a “viva voz” de entonces  (o sea, cuaderno y bolígrafo en ristre a “grito pelao”  y donde la palabra era ley)…”tomo hidrolas”… doy  Fecsa””…”tomo Iberduero”…”me aplico Cantábricos”.. ”doy Sevillana”.. doy Sniace”…”tomo  Asland… “tomo   Dragados”…”tomo  Urbis”.. ”doy  Vallermoso”..  ”tomo  Bami”.. ”doy Azucarera”… ”tomo Aguilas”..  ”tomo Agricolas… “doy hispanos”… “tomo Santander”… “me aplico Urquijo a 1600”… “tomo Bilbao”… “tomo Vizcayas”… “tomo Central”… “tomo Exploxivos”…”… “me aplico Cepsa”… “tomo Felguera”…”tomo Caf”…”tomo Fenix”… “tomo Teléfonos”    era un “espectáculo”  digno de haber vivido en directo. Créanme, en el más riguroso de los directos. Teníamos también un activo y creciente mercado de “derechos de suscripción” ( la expansión del sector industrial y por ende de nuestra economía, hacia que muchas de las empresas cotizadas tuvieran que recurrir  -año si año también-  a las ampliaciones de capital, todo ello con el beneplácito y alegría del pequeño accionista); productivos derechos cuyo primer cambio incluso llegaba a duplicarse durante el periodo de suscripción.

Disponíamos también de un aceptable “mercado secundario” de renta fija donde se negociaban las obligaciones, los bonos, las cedulas y las distintas clases de duda  -no sé si “soberana” – que para su financiación emitían empresas de los sectores eléctrico, químico, de alimentación, siderometalúrgico, inmobiliario o de construcción; los Bancos, tanto públicos como privados y, por supuesto el propio Estado.

Y hablando de “Banca Pública” …… Quien pillara hoy a los “desguazados” Bancos Hipotecario,  Exterior,  Crédito Local,  Crédito industrial, Crédito Agrícola…., bien gestionada y socialmente avanzada  “banca pública”  que tanto contribuyó a que al inicio de los 70 y sin ningún “Plan Marshall” de ayuda sino más bien todo lo contrario,   España ocupara un puesto relevante entre las naciones más industrializadas. ¿O no?....

Y hablando de Industria… Sabido es que desde la década de los 50  -o quizá antes- el Urquijo estaba considerado como el primer Banco industrial de España y uno de los primero de Europa. Su reconocido apoyo al sector industrial y su valorada “cartera” de sociedades “participadas”: Unión Española de Explosivos,  Sociedad Española de Construcción Naval, Altos Hornos de Vizcaya, Metalúrgica,  Duro Felguera, Unión eléctrica Madrileña, Seguros  “La Estrella”, Construcción  y auxiliar de Ferrocarriles (CAF) –único valor de nuestra Bolsa cuyos títulos cotizan en torno a los 400 euros- ; Compañía Arrendataria de Tabacos  8preludio de la posterior Tabacalera de Barquillo, 3) Técnicas Reunidas, Abengoa, Estudios de Proyectos Técnico e Industriales (EPTISA), Energía e Industrias Aragonesas, Compañía Madrileña de Tranvías (preludio del gran Vallehermoso que inició su “andadura”  con la bien trazada y “ ajardinada” Plaza del Conde del Valle Suchill y su entorno de calles y viviendas asentadas, precisamente, en los terrenos de la antigua cochera de los tranvías con “trole” que, entre otras calles de mi “barrio”, lindaba con la de Vallehermoso, de ahí el nombre de la Inmobiliaria), INSA, VAMOSA, Obras de Construcción e Instalaciones, vulgo  OCISA ( tras fusiones “varias” preludio de Actividades de  Construcción  y Servicios, vulgo ACS, del “galáctico” Florentino Pérez), Sociedad española de radiodifusión (SER), Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT)…. Y las bien gestionadas sociedades de inversión bursátil, INESPA e  INRENTA, preludio del primer Fondo de Inversión Inmobiliaria constituida en España –Barcelona 5 de enero de 1966-  gestionado por GESFONDO y comercializado por el propio Urquijo con el nombre de NUVOFONDO,  hacia que muchas de las órdenes provenientes de los países comunitarios y “allegados” se cursaran a través de los imparables “telex” instalados en la zona limítrofe con nuestro Departamento de Bolsa para, a primera hora de la mañana y ordenadas las “fichas” por clase de valores, asignar en cada una de ellas el agente interviniente para que mis acompañantes al “parqué” (yo, con el paso de los años, fui “ascendiendo” supongo que merecidamente) las fueran introduciendo en las carpetas del cada vez más creciente colectivo. Y digo “creciente” porque el volumen de contratación. Y no digamos el de “corretajes”- se superaba día a día y en forma imparable.


Y hablando de órdenes, ni les cuento la cara que se me quedo cuando sobre las 8 de la mañana de no recuerdo el día ni el mes pero si el año (1970)  me encontré sobre la mesa tres fichas de comprar acciones CEPSA a nombre de un Banco suizo de difícil pronunciación que, entre las tres, sumaban la “mareante” cifra de 500.000 títulos, órdenes valederas solo para el día y con un límite dos puntos sobre el cierre de la sesión anterior. Revisado y confirmado lo del medio millón me personé en el despacho del por entonces responsable del área de Mercado de Capitales, Francisco Ruiz Jarabo, para hacerle saber lo de tan voluminosa orden de compra.

Tras observar con detenimiento las fichas y supongo que para darme “ánimos”, Ruiz Jarabo me dijo, más o menos lo siguiente: “Pues la verdad es que se trata de una muy buena operación, pero…teniendo en cuenta que los “corros” de contratación duran solo diez minutos, dudo que en tan corto periodo de tiempo pueda materializarla al completo y mucho menos dentro del límite señalado. ¿Pero sabe que le digo? Que el responsable de conseguirlo o no, es usted. Por lo que a mí respecta, lo único que le puedo desear es suerte. Con suerte y sabiendo de su habilidad y labia (tal cual), igual lo consigue. Y si por casualidad  lo consigue, me informa ¿Vale?”….


Con tan “alentador” pronóstico/comentario rondándome por la cabeza, a las 9 y media de la mañana me cité con un buen amigo, Pepe Gómez Acebo, en “el corro” así se llamaba la cafetería ubicada frente a la Bolsa, junto al Hotel Ritz –para tomar café y hacerse saber lo de tan “espectacular operación”...

(Antonio Castelo tiene 80 años. Ha sido uno de los grandes y mejores operadores de la Bolsa española, de la Bolsa de siempre, no de la actual. La Carta de hoy es parte del libro que ultima: Escritos, Comentarios y Recuerdos de mis vivencias en la, en tiempos, "Apasionante" Bolsa de La Plaza de la Lealtad)

 

Nota al margen: En efecto, esa era la Bolsa, una Bolsa que contribuía a la dinamización, mejora y crecimiento de las empresas y de la economía española.




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