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Se está llegando, pero aún falta

Santiago Niño Becerra - Jueves, 24 de Mayo

La última Cumbre del G – 8 ha fracasado, se dice, porque no se ha alcanzado un compromiso serio para abordar los estímulos para el crecimiento en Europa, y para eso, se continúa diciendo, es preciso que Alemania acepte tener inflación.

Este razonamiento, pienso, se continúa basando en los mismos principios que han estado guiando el que, oficialmente, aún es el modelo económico con que nos estamos moviendo: el que nació tras la Depresión: poner el foco en ‘Todos’ y en ‘Todo’: crecer todos a la vez y en todos los ámbitos socioeconómicos y geopolíticos, y eso ya no es posible porque el modelo alcanzó el agotamiento de su capacidad de endeudamiento y ya se constató la falsedad de la inagotabilidad de los recursos. Ahora el foco ha de ser puesto en el ‘Algunos’ y en el ‘Algo’.

Antes fue posible, pero ya no lo es potenciar, sostener, financiar a todos y a todo, ahora es inevitable mejorar eficiencias, potenciar las zonas, las actividades, las compañías que mejor puedan fabricar, elaborar, los bienes y servicios que sean necesarios de la forma más productiva que en cada momento sea posible. ¿Por qué?, pues porque no estamos / existimos en un entorno de abundancia, sino en uno de escasez, lo que implica escoger, priorizar, optimizar; lo que se traduce en multivelocidad, geometría variable y crecimiento sesgado.

USA, hasta ahora, ha estimulado porque el resto del mundo se lo ha permitido, entre otras razones porque amenazaba a ese resto del mundo con un garrote llamado ‘dólar’ y porque ofrecía a ese resto del mundo una zanahoria denominada ‘importaciones’. Pero eso ha durado mientras ese resto del mundo ha podido financiar a USA y mientras ha dispuesto de capacidad de endeudamiento para ir tirando; a la que esa capacidad de endeudamiento se ha ido agotando han aparecido los problemas bancarios, de desempleo, de falta de consumo, de pobreza, …

Pienso que el ‘único’ problema que tiene hoy el planeta -unas economías más que otras, claro-, es que se ha gripado el motor que movía el mundo: la deuda. Ni nadie puede pagar toda la deuda ni la deuda puede crecer más, y el planeta ha llegado a donde ha llegado debido a la deuda.

Ahora toca compensar deudas, eliminar deudas, asumir que no se van a cobrar deudas, aceptar que hay que hacerse más pequeños; que unas zonas sí, y otras no; que unas actividades y una parte de la población activa sí, pero otra no. Por ahí, pienso, va a ir el nuevo modelo.

En preparar eso consistirá la quimioterapia que será suministrada en los próximos tres años a fin de superar el cáncer que afecta al sistema. Y las quimioterapias siempre tienen efectos. “Crecimiento y austeridad no son alternativas contrapuestas” manifestó el Primer Ministro británico en la reciente Cumbre del G-8 (El País 20.05.2012, Pág. 5). Si cuando Mr. Cameron pronunció esa frase estaba pensando en ‘Todos’ y en ‘Todo’, hoy si se contraponen.

Y  aquí el Sr. Presidente del Gobierno pide garantizar la estabilidad financiera mientras cinco empresas auditoras van a supervisar el estado de la banca del reino a la vez que el 26% de la infancia española existe en condiciones de pobreza. Se está llegando.

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Mañana, a las 20:00 h y organizado por Activa 21, daré una charla en Vidreres, en el Teatro del Casino de la Unión, c/ Catalunya 15. La entrada es libre.

 

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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