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¿Será Eslovenia la próxima Chipre?

CapitalBolsa - Domingo, 24 de Marzo

En un artículo anterior nos hacíamos esta pregunta ante la declaración del presidente del Banco Central del país en las que afirmaba que Eslovenia "puede aún evitar el rescate financiero". Preocupantes palabras que auguran una complicada situación del país en el futuro cercano.

La economía de Eslovenia presenta el 0,4% del conjunto de la Eurozona, y el programa de asistencia necesario podría ser de unos 1.000 millones de euros. Sería una cantidad asumible por las autoridades europeas, pero recordemos que la economía de Chipre tiene un peso aproximado del 0,2% de la Eurozona, y estamos viendo los efectos que está teniendo en el conjunto de la unión.

Si Eslovenia pidiera asistencia, ¿se le impondría también una tasa a los depósitos bancarios? De no hacerse dadas las peculiaridades de la economía chipriota, ¿cómo afectaría esto al ya muy extendido sentimiento antieuro de los ciudadanos de Chipre? (en una reciente encuesta casi el 70% de los chipriotas optaba por dejar la zona euro y estrechar lazos con Rusia?.

El escenario podría complicarse aún más en el futuro cercano si Eslovenia pide finalmente asistencia financiera a Europa.

Les dejamos a continuación un interesante análisis de la situación actual de Eslovenia realizado por PIA:

La crisis política y la recesión económica que atraviesa Eslovenia vuelve a poner en debate a Europa como modelo de crecimiento, desarrollo e integración homogénea. En un intento por consolidar la situación política, los cuatro principales partidos de Eslovenia acordaron una semana atrás la conformación de un Gobierno de coalición que estará encabezado por la primera ministra del país, Alenka Bratuset, líder del partido centro-izquierdista Eslovenia Positiva (PS).

Desde noviembre del año pasado masivas movilizaciones denunciaron la corrupción del antiguo premier Janez Janza y ejercieron presión para que el Parlamento lo destituyera. Sin embargo, las protestas también poseen anclaje en el rechazo a las medidas de ajuste que responden a las reiteradas exigencias de la Troika que intentan sostener una imposible estabilidad financiera en la eurozona.

“Prometo que se inicia un período de cooperación, concertaciones y búsqueda de soluciones positivas para todos nuestros ciudadanos”, sostuvo la premier. La alianza incluyó a sectores opositores, tales como el PS, los Social-Demócratas (SD), el Partido de los Jubilados (DeSUS) y la Lista Cívica (DL).

La nueva conformación gubernamental se negoció luego de que el Parlamento esloveno aprobó a fines de febrero una moción de censura que derrocó al Gobierno conservador del anterior primer ministro, Janez Jansa, acusado de corrupción y responsable de una crisis económica caracterizada por el ajuste. En su lugar había sido designada Bratusek, quien tendría un plazo de dos semanas para constituir un nuevo Ejecutivo.

El cese del gobierno de Jansa fue impulsado por el PS luego de que el mandatario fuera denunciado por una oficina estatal anticorrupción por poseer un patrimonio no declarado ante el Parlamento. La crisis política se había expresado también en las calles de Eslovenia, donde se llevaron a cabo masivas movilizaciones que exigían el cese del gobierno de Jansa. La coalición entre fuerzas políticas hasta ahora irreconciliables pretende evitar la convocatoria a elecciones anticipadas, dado que los últimos comicios se efectuaron un año atrás – y también habían sido de carácter anticipado-.

La movilización popular también puso de manifiesto el rechazo a una serie de medidas de ajuste impopulares. En los últimos meses Eslovenia se caracterizó por el aumento de la recesión y de la tasa de desempleo. Una de las salidas que contemplaba la gestión anterior, era solicitar un “rescate” financiero internacional. La Unión Europea, por su parte, vaticinó que en el año 2013 Eslovenia aumentará su déficit público y disminuirá su Producto Bruto Interno en un 2 por ciento, alimentando de ese modo la posibilidad de que el pequeño Estado recurra a los organismos financieros internacionales.

Cuando Bratusek asumió su cargo interino, calificó como “medieval” la política económica de austeridad impulsada por Jansa y en un tono conciliador enfatizó que su país necesita un gobierno que «aspire al crecimiento económico y la estabilidad financiera». Sin embargo, sostuvo que entre sus objetivos prioritarios estaría sanear la banca y consolidar las finanzas del país, recetas clásicas exigidas desde Bruselas.

Las movilizaciones en las calles de Eslovenia no fueron un factor menor. A raíz de las acusaciones de corrupción, desde noviembre del año 2012 las protestas se sucedieron semana a semana bajo la consigna de “Levantamientos de todo el pueblo de Eslovenia”. En medio de la diversidad de manifestaciones populares – más y menos organizadas políticamente- se alzaron organizaciones que comenzaron a exigir cambios sociales profundos y a señalar las responsabilidades económicas.

Cuando Eslovenia se integró a la Unión Europea en el año 2004 era señalado como un Estado sólido en lo económico. Luego de incorporar al euro como su moneda en el 2007, comenzó a entrar en recesión a partir de la acentuación de la crisis del 2008, debido a la merma de la demanda externa, en un país que apoyaba el 70 por ciento de su economía en la exportación. A su vez, la deuda externa pasó en los últimos años de 22 al 53 por ciento del Producto Bruto Interno y el Producto Interno Bruto se redujo en 3,3 por ciento en el tercer trimestre de 2012, en comparación a 2011, la tercera mayor caída en la Eurozona, detrás de Grecia y Portugal.

En paralelo, se profundizó la pauperización social en base a las medidas impulsadas por Jansa bajo las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Se flexibilizaron las políticas laborales, se elevó la edad jubilatoria y se redujeron los salarios públicos. A fines de enero, por ejemplo, decenas de miles de empleados públicos llevaron a cabo una protesta por los recortes salariales que intentaban saldar las cuentas públicas del Estado.

La agonía del mito europeo -El caso de Eslovenia es citado como ejemplo del proceso de caída de los Estados estables que sufren las consecuencias negativas de la crisis europea acentuada por las políticas de la UE. No son casualidades. Lejos de la homogeneidad regional, desde la discusión del presupuesto del bloque hasta la implementación de medidas, el bloque presenta –al menos- dos grandes sectores: los países centrales cuya máxima expresión es Alemania, y una diversidad de países periféricos tales como España, Italia, hasta Chipre o Eslovenia.

Esta división alcanzó grado de estigmatización con el rótulo de PIIGS, acróstico que contemplan las iniciales –en inglés – de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. Lo que poseen en común es haber sido señalados con anterioridad como países ejemplares y hoy no formar parte del centro económico y político del continente. No sólo eso, sino que además son destacados por sus déficit público y endeudamientos públicos y privados a la vez.

Allí entran a jugar el rol de “salvadores” los integrantes de la Troika quienes a cambio de “salvatajes” obligan a efectuar políticas de ajuste que siempre se tradujeron en reducción y recortes contra los derechos básicos del pueblo en desmedro del rol del Estado. En las denominadas “recomendaciones” de esos organismos se expresa la visión de la economía como un paquete de medidas – recetas- que se sustentan en políticas neoliberales. Los números y las recetas adquieren una entidad inmutable en donde la cuestión social o el impacto en el pueblo es una variante no contemplada.

La política de austeridad resultó un fracaso, ya que no sólo no se lograron reducir los déficit, sino que tuvo efectos sociales y económicos devastadores. La recesión en la eurozona se profundizó en el último trimestre del año 2012 y alcanzó el 0,6 por ciento en comparación con el mismo periodo del año precedente, según el informe presentado por la Oficina de Estadísticas de la Comisión Europea (Eurostat) a mediados de febrero.

A su vez, según las estadísticas de Eurostat, en el viejo continente existen 26 millones de personas que no tienen trabajo. Se trata de un crecimiento del 11,8% de la tasa de desempleo en la zona de la UE según los datos de noviembre del año 2012. -En el mes de febrero, luego de dos jornadas de negociaciones en Bruselas, los jefes de Estado y de gobierno de la UE aprobaron el presupuesto para el período 2014-2020 con un recorte de 34.300 millones de euros respecto del acuerdo del año anterior. Por primera vez en la historia el acuerdo es inferior al año precedente, tal como lo había propuesto Reino Unido y Alemania

El país germano es el abanderado de las políticas que apunten a profundizar la austeridad en los fondos comunes. En ese marco, pese a los índices que demuestran el agravamiento de la crisis, la postura de la Unión Europea es fomentar el ajuste en los países vinculados al euro con la esperanza de que esas medidas atraigan inversiones, y por ende empleos. En ese marco de regulaciones, en el corriente año entró en vigencia el denominado “Pacto fiscal” de la Unión Europea, un acuerdo intergubernamental destinado a incrementar la disciplina fiscal de los países de la zona.

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