La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Sugerencias y confidencias

Santiago Niño Becerra - Martes, 07 de Julio ¿Quién dijo que lacartadelabolsa es una publicación exclusivamente para profesionales de altísimo nivel?, afortunadamente no es así; lean el mail que recientemente me ha remitido un lector:

“Apreciado Profesor. Soy un ferviente seguidor de todo lo que ha escrito y escribe a diario sobre la actual situación económica y creo fielmente en todo lo que plantea, por ello, rogaría pudiera publicar algún día en “lacartadelabolsa” algunos consejos que los sufridos ciudadanos de a pie todavía pudiéramos tener en cuenta”.

Le respondí, claro, y, tal y como me solicitó, sugiero, que no aconsejo: Lo principal: antes de adquirir cualquier bien o servicio, pregúntese si lo necesita, si es necesario. Más: si ya tiene contraídas deudas no se endeude más y, si tiene algún excedente de renta, aplíquelo a cancelar o a reducir la deuda que tenga: en deflación (pienso que hacia ahí nos dirigimos) las deudas se encarecen. Más aún: si dispone de liquidez pague al contado y negocie descuentos por pago inmediato: tener liquidez es, y más será, esencial. Son cosas de sentido común, ya.


Otro mail, de otro lector. Léanlo con detenimiento: es una confidencia; impresiona por las cosas que dice, incluso aún aceptando que pueda exagerar en algo. Es la vida real contada por alguien que lo ha vivido; no se pierdan detalle. (Una puntualización: mi lector se está desempeñando profesionalmente en una compañía transnacional especializada en la producción de bienes de capital):

ilustración“El domingo por la tarde (si en domingo) me bajaron un 35% el sueldo (la bajada de sueldos es para pagar los despidos de la gente con contrato fijo)  pero tengo igual o más trabajo ... y eso que tengo un cargo de responsabilidad.

Estuve conversando con mi gerente (el gerente español de la empresa), pues tenemos la feria más importante de ámbito mundial de nuestro sector en (nombre de una ciudad europea) esta semana y por eso una semana antes se reúnen todos los directivos del mundo de nuestra empresa (aunque antes solamente era uno o dos días antes del evento, ahora es toda una semana).
Conclusiones de la charla con el gerente:

1.- TODAS las filiales están muy mal, con una bajada ventas el pasado trimestre de entre el 65-70%. Únicamente se libra China, con algo de crecimiento.

2.- Las fábricas alemanas de nuestra empresa (tres en total) trabajan 3 días a la semana solamente, pero esos tres días que trabajan son para producir exceso de stock. ¿Cuanto exceso? Pues se tuvo que alquilar un nuevo edificio para colocar allí los bienes fabricados que representan un 70% de la producción ... no quiero ni pensar que pasará con ese exceso de stock, pues esto es perfecto si la situación vuelve por sus antiguos derroteros, pero sabemos que esto acaba de empezar. Además estamos financiando algunos bienes nosotros mismos, sin ser ninguna entidad financiera. Para el cálculo: El precio medio venta de cada elemento es de unos 90.000 euros.

3.- Me aviso el gerente que pidiera dinero en metálico para llevarlo conmigo. Pues ahora la empresa matriz pretende que cada cual pague sus propias dietas que no entren en horario de trabajo (es decir las cenas). Evidentemente si debo ir lejos de casa a trabajar entiendo que deben pagarme todas las dietas (siempre dentro de un límite claro). Me comentó esto porque sabe que de ser como pretende la empresa matriz va a ir Rita la cantaora a la feria, pues encima de hacer más horas me costará dinero. Es cómico imaginarse a 30 trabajadores de la empresa trabajando y pidiendo cada uno una cuenta individual (como si fuera gente joven) al camarero, pero ahora: así lo hacemos.

Lo curioso es que sigue habiendo trabajo, mucho, pero pocas ventas. Y esto hace que en mi empresa este prohibido hablar de crisis y baja moral. Tal como Ud. comenta: es EL milagro que algunos esperan”.

Sugerencias, confidencias; se podrían intercambiar, ¿verdad?.

(Ya lo hemos tratado, pero dentro de unos días volveremos sobre el tema, ahora un apunte (ahora que es oficial tal vez la gente se entere más): políticos y expertos se han estado llenado la boca diciendo que el proceso deflacionario que hemos comenzado es positivo porque eso ayuda a las rentas (es absurdo, lo sé: conceptualmente, ¿cómo va a ser bueno un proceso deflacionario?, pero no voy por ahí); sin embargo, comentando con gente de la calle, se oye que “cada vez su dinero le da para menos”, gentes variopintas, excluyendo, claro está, a quienes pueden pagar mil euros por una botella de un chateau.

¿Qué sucede?, pues, señoras y señores, que aunque el índice de precios esté bajando (habría que ver la significación actual -de ahora mismo- de sus componentes, de su ponderación geográfica; pero también eso es otra historia), los ingresos lo están haciendo más aún, los medios, sí, pero los de ciertos colectivos y los de ciertos lugares más. Lo acaba de confirmar el INE, pero era de las cocas cosas más obviamente intuitivas que hasta ahora podían verse.

Está creciendo el desempleo; ingresos que se percibían no se perciben o su cuantía ha decrecido, o se pagan más tarde: bonus, pluses, horillas extras pagadas en sobre marrón; se han producido congelaciones o reducciones reales de salario; el mileurismo y el undermileurismo es creciente; sueldecitos de prácticas para chicas y chicos han desaparecido porque las prácticas para estudiantes se han hundido. A esto añadan algo que, en principio, no resta ingresos pero que influye negativamente en las expectativas: las deudas que siguen ahí: agazapadas en la sombra. Y sumen otra cosa más: las propias expectativas más allá del Verano (“Vamos a la playa, calienta el sol”).

Varios fueron los fenómenos que se produjeron y que fueron conformando el crash del 29, pero hubieron dos característicos que, obviamente se realimentan: el subconsumo y la sobreproducción. El primero que se dio fue el hundimiento en el consumo. Hoy tenemos cantidad de información gracias a las TICs; estemos atentos: ya es oficial: los ingresos están cayendo, y la capacidad de endeudamiento se ha esfumado, por eso el consumo lleva meses cayendo. Ya han empezado a cerrarse fábricas y talleres y a reducirse plantillas. Y la impagadosidad, creciendo. Insisto: no quiten ojo a estas cifras).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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