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To be or not to be

Santiago Niño Becerra - Martes, 09 de Abril

No, no va de teatro (¿si?). A Mme. Lagarde le preocupa que hoy no se limpie, que no se sané todo lo que hay que limpiar y sanear, todo lo que es necesario limpiar y sanear, eliminar, recortar; pero también que mañana no se pueda crecer debido a la deuda que se arrastra.

Veamos. Hoy es necesario quitar las consecuencias de los años pasados: el déficit y lo que lo causa: como no hay crecimiento, no hay ingresos públicos (sí, pero son a base de subir tipos), por lo que las pensiones, las prestaciones por desempleo, el modelo sanitario, los servicios públicos, ya no pueden ser, ni podrán volver a ser, como fueron.

Pero la deuda no se puede eliminar, y eso es un lastre terrible, porque hipoteca el futuro; la única vía es realizar una quita y, así, reducirla.

Pienso que cuando vuelva a crecerse, se crecerá poco, muy poco; insuficientemente para obtener unos ingresos públicos capaces de pagar el modelo de protección social que hemos tenido, y será peor si existe un nivel de deuda que imposibilita el crecimiento: ese ínfimo crecimento.

Se viene de financiar cosas con la burbuja que se creó para crecer, y se creció, pero sobre deuda, una deuda que no se puede pagar, si parte de la deuda se elimina quedará muy poco; en cualquier caso algo insuficiente.

Pienso que Mme. Lagarde, con sus reflexiones, nos ha mostrado el camino de mañana (que ya es hoy), por lo que el dilema hamletiano deja de ser tal: se será como se tenga que ser, porque no se puede ser de otra manera.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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