La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Uber / Taxi

Santiago Niño Becerra - Martes, 16 de Mayo

Leo esto: http://economia.elpais.com/economia/2017/05/11/actualidad/1494487852_489285.html y esto: http://www.publico.es/actualidad/uber-capitalismo-radical-disfraza-economia.html

Cuando leo, cuando me comentan sobre esta situación vinculada al transporte de personas, me pregunto: en España ¿existiría tal problemática si no hubiese un exceso de oferta de horas de taxi en numerosas ciudades?. Hace unas semanas tomé un taxi en Madrid y entre otros comentarios aquel profesional me dijo que en ese momento tenía que estar al volante tres horas y media más cada día para obtener la misma recaudación diaria que hacía diez años. (Le indiqué que si hacía así la comparación perdía aún más: el valor de un euro del 2007 es superior hoy al que tiene hoy un euro del 2017; y su indignación aumentó).

Además existe otro problema: las licencias de taxi son de los ayuntamientos que las han concedido, no son propiedad de los taxistas. Por razones pienso que perversas, se permitió que quienes disponían de una licencia pudieran traspasarla percibiendo por ello una cantidad que en los años del ‘España va bien’ se situó en niveles siderales. Existe un exceso de horas de taxi, pero ¿cómo se retira una licencia por la que el actual tenedor pagó 350 m€ sin ocasionar un altercado público?

Y para colmo el taxi ha absorbido desempleo: antiguos trabajadores de actividades que nada tienen que ver con el taxi y ahora desocupados han recalado en el taxi como conductores asalariados saliendo de las estadísticas del paro; retirar licencias implica que retornen a tales registros.

Y enfrente tenemos un montaje que en cuanto a su finalidad funciona. Uber y similares como concepto funciona, y no, nada tiene de economía colaborativa, ni de compartida. Pero un auto de Uber y un taxi no tienen nada que ver, ni por operativa de funcionamiento, ni por el principio por el que se rigen; tan sólo coinciden en que ambos transportan personas y generan rentas.

Pienso que el futuro, partiendo de la base de que, pienso, la necesidad de movilidad disminuirá y muchas rentas no van a poder permitirse desplazamientos gratuitos, se halla en un modelo tipo Uber si se solventan los que para mi son sus dos problemas fundamentales: las revisiones técnicas a las que un taxi está obligado pasar y el seguro de ocupantes que un taxi está obligado a tener.

Mi experiencia: en España no he utilizado los servicios de ninguna compañía que funcione en este régimen, en USA y en México, si. En el DF la diferencia entre un auto de Uber y un taxi es galáctica; en NYC es enorme, y encima Uber es más barato. (Por cierto, en NYC se ha llegado a pagar 1 M$ por una licencia de taxi).

Lo que es un error es ignorar la realidad: Uber existe porque la tecnología permite que exista: Uber es producto de una tecnología. Prohibir Uber, obligarle a que se comporte de una manera que va en contra de esa tecnología que permite su existencia es absurdo. Y en el otro lado, ignorar la problemática existente con el exceso de horas de taxi y los efectos creados por los traspasos de licencias también lo es.

Los taxis tal y como los conocemos nacieron a principios del siglo XX, y entonces todo, absolutamente todo, era muy diferente a como hoy es; y ya no introduzco el tema de los autos de conducción autónoma –que ya están aquí– para no liar más las cosas. Muy probablemente es necesario repensar y rediseñar el concepto de ‘taxi’ y adaptarlo a la realidad actual. Lo que sucede es que para abordar en paz esos cambios hay que poner mucho dinero encima de la mesa y, ¿quién lo va a poner?.

(Tiene casi dos años, pero encaja con lo comentado: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-07-30/gig-economy-el-empleo-actual-desaparecera-y-esto-es-lo-que-vendra-a-sustituirlo_947162/)

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]