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¿Valores pequeños? Las ventajas de invertir en small caps

Gustavo Neffa, Sala de Inversión América  - Sabado, 02 de Febrero

valoresEl valor de una compañía se mide mediante la capitalización bursátil, aunque no refleja nada de su deuda. No es posible inferir a través de ella si la empresa está endeudada o no, ya que solamente brinda información sobre el tamaño de su emisión de títulos. Este indicador indica cuánto vale en el mercado o, es decir, a cuánto equivale el paquete del conjunto de todos los accionistas, donde se aglutinan tanto las acciones de la propia compañía como los de los inversores minoritarios así como el capital flotante, en el caso de que se trate de una empresa pública. Cuando nos referimos a las acciones, el término “valor” tener varios significados. En primer lugar, se coge el valor nominal que resulta de dividir el capital social de la empresa por el número de títulos emitidos. Aunque este dato tiene más bien poca relevancia en términos económicos, sí tiene bastante en términos contables.

Hay que atender también al valor de mercado que es el precio con el que cotiza en Bolsa una compañía. Este término se deriva de la oferta y la demanda. Por último, se sitúa el valor de mercado de una firma que alude a la capitalización bursátil, o lo que es lo mismo, al precio de cotización multiplicado por el número de acciones emitidas.

Las compañías llamadas small caps no suelen contar con buena opinión por parte del mercado, puesto que se trata de empresas mucho más volátiles y con bastante menor información en los medios especializados o, al menos, cuentan con mucha menos cobertura por parte de los expertos.

Y es que si hay algo que no suele gustar en los mercados es la incertidumbre y la desinformación, por ello el sentimiento no suele ser positivo. Por su parte, las compañías de mayor tamaño han gozado siempre de una mayor y mejor reputación. Por ello, el índice Dow Jones representa un selecto grupo de 30 empresas de grandes dimensiones y no hay ninguna small cap a la que hayan tildado de blue chip, hasta ahora.

El tamaño no lo es todo, y las pequeñas compañías suelen ser el mejor ejemplo en el que existe mucho valor sin explotar a costa de querer sufrir la enorme volatilidad que poseen sus títulos. Por ello, invertir en este tipo de empresas es sólo recomendable para las personas que tengan bastante paciencia y que estén dispuestas a esperar a que las acciones maduren y a que aporten mayores posibilidades de beneficios a largo plazo.

Por lo general, las ventas y las ganancias suelen ser bastante amplias en términos relativos si se compara con sus valoraciones en Bolsa puesto que el mercado les colocó un precio demasiado modesto. Quizá el motivo por el que ocurre esto se debe al proceso de recuperación, o bien, porque el sector al que pertenecen fue castigado. Hay que tener en cuenta, además, que estas compañías se sitúan en un lugar menos explotado y, como los volúmenes que se negocian son menores, la volatilidad es mayor en estos precios que en las acciones de las compañías líderes.

No obstante, en el caso de que la compañía tenga realmente valor, será reconocido tarde o temprano y empezará a recibir la llegada de inversores así como la cobertura necesaria por parte de los expertos para ser tenida en cuenta.

El riesgo implícito de estas compañías se ve compensado por los potenciales beneficios que ofrecen las small caps, teniendo el tiempo de su lado y con la mirada puesta en una estrategia de comprar y esperar.

Lo lógico sería que la relación precio/ganancias fuera menor a la media del mercado debido a la prima de riesgo que hay que asumir. Del mismo modo, si las ventas anuales exceden su capitalización bursátil, indica lo barato que se encuentra el precio/ventas.

Lo mismo se aplica al precio/valor de libros. El descuento respecto a las firmas más grandes del mercado se mantenga por mucho tiempo pero, al menos, se está más seguro de comprar algo más barato, en términos relativos. No obstante, los múltiplos de valoración no siempre ofrecen descuentos.

El razonamiento anteriormente explicado se aplica a algunas compañías en particular y no al promedio total. Si se analiza la valuación que posee el S&P 500 frente al S&P 600 se observa que las del último índice están más caras en relación a sus beneficios: su price-to-earnings trailing es de 25,8x mientras que el consenso forward es de 18,3x. Para las del primero, los valores son de 15,1x y 13,2x, respectivamente.

Hay que tener en cuenta otro factor que radica en la capacidad de generar crecimiento, lo que significa, que el inversor estará dispuesto a pagar más por las acciones de aquellas empresas que tengan una tasa de crecimiento de sus ventas y de sus beneficios más elevados. Esto se produce también en el momento en el que comparan las que están en un país y otro emergente, por ejemplo. Al mismo tiempo, las compañías de baja capitalización ofrecen menos dividendos ya que, de forma general, se asocian con una mayor capacidad de crecer. Ejemplo: el retorno del S&P 500 es de 1,88%, y el del S&P 600 de 1,28%..

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