Vamos ! - 1
Santiago Niño Becerra - Miercoles, 09 de Julio FíÑ‚Âjense en la frase que sigue: "Estamos mal, pero vamos bien", la pronunció Carlos Saúl Ménem, durante su presidencia de la República Argentina (1989-2000) ante la situación económica y social planteada en el paíÑ‚Âs.Lo anterior viene a cuento de una idea que se está extendiendo, últimamente, entre bastantes expertos: las cosas están mal (se insiste en ello, incluso puede criticarse la benevolencia con que el Gobierno valora la situación económica), pero inmediatamente se añade que, cuanto antes suceda lo que tiene que suceder, cuanto antes se produzca el ajuste, antes llegará la recuperación, modo de pensar que, entiendo, no es hoy aplicable al momento actual.
En una recesión coyuntural es cierto que los excesos (el exceso de algo es, siempre, la causa de un ajuste coyuntural), en cuanto antes explote y arrastre hacia el abismo lo que ha provocado los excesos, mejor, de tal modo que si se deja “caer” la economíÑ‚Âa hasta que desaparezcan esos excesos, genial porque se acelerará la llegada de la recuperación, y si alguien se muere de hambre, pues es su problema. Este fue el modo de pensar que animó a los contrarios a la intervención del Estado durante la Gran Depresión: las crisis limpian, decíÑ‚Âan, y arrancan lo malo, lo ineficiente, luego nadie tiene que intervenir en ese proceso.
En aquellos años nadie se dio cuenta (ni siquiera Keynes) de que ante lo que se encontraba la economíÑ‚Âa planetaria era una crisis sistémica; se hizo lo que tocaba hacer, el planeta entró en un estado de bienestar, la economíÑ‚Âa se puso a crecer, y aquíÑ‚Â paz y después gloria. Hoy ya han aparecido las voces que están diciendo algo semejante a lo que entonces se dijo, y, como entonces, el sentido de esas voces es equivocado.
Estamos hoy, como entonces, ante una crisis sistémica y, como entonces, lo que va a desencadenarse no es una simple limpieza de ineficiencias y un retorno al estado anterior al problema. En las crisis sistémicas el timing no lo marcan los hacedores de la políÑ‚Âtica económica, sino la propia evolución del sistema. La Gran Depresión, en verdad, no concluyó hasta 1950, y nada que hubiera sido hecho podíÑ‚Âa haber revertido su decurso, al igual que hoy.
En el fondo es una cuestión meramente fíÑ‚Âsica. La crisis es el resultado del agotamiento de una serie de aspectos del modo de producción al que se ha llegado debido a unos modos de hacer las cosas que han generado una especie de “elementos dañinos” que deben ser eliminados; ¿cómo?: “ardiendo en el infierno de la crisis”. Este proceso puede ser paliado, mitigado, pero no eliminado, ni acelerado.
Lo que habríÑ‚Âa que ir preguntando a esos hacedores de políÑ‚Âtica económica es si ya han pensado en preparar, como en las resacas, un buen bloody mary para lo que se nos está viniendo encima.
La introducción anterior (no de otra cosa se trataba) era la portada de tres mails que me han remitido y que mañana les expondré; uno, el primero, corresponde a una ex alumna que se halla desempeñando una función directiva en una entidad financiera española; otro, el segundo, ha sido escrito por un amigo, ciudadano de un paíÑ‚Âs que no pertenece a la UEM pero que conoce a las mil maravillas lo que sucede aquíÑ‚Â y fuera de aquíÑ‚Â y que, de alguna manera, se halla vinculado con las finanzas internacionales; el siguiente, el tercero, es parte de un texto que me ha enviado un ex alumno que se está desempeñando profesionalmente en el mundo de la inversión financiera en una entidad de reconocido prestigio.
El primer mail, el de la ex alumna, es brutal y directo; el segundo, el del ciudadano no comunitario, es sutil e irónico; el tercero, el del antiguo alumno, es lacónico porque es una respuesta a una pregunta míÑ‚Âa muy directa. Tres percepciones para una misma realidad.
(¡Huy, huy, huy, lo que me han contado!. La persona que actualmente se halla presidiendo una región española (saben que no me gusta el término oficial) convocó, hace unos díÑ‚Âas, a los entes dirigentes de los hospitales y centros sanitarios de esa región y les dijo que se preparasen: no hay pasta, ni lqa hay ni va a haberla. Crisis de recursos, ¿recuerdan?).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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