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VIVIENDA ¿comprar, alquilar, especular? El valor de la vivienda  supone siete veces la renta bruta disponible de las familias

José Luis Martínez Campuzano - Sabado, 13 de Octubre

El número de viviendas visadas crecía a principios del año a ritmos del 25 % anual. Pero es cierto que su número de 83.000 era muy inferior a las cifras manejadas antes de la crisis. En la última década se ha producido un importante ajuste residencial. Este reciente dinamismo residencial descansa en una fuerte demanda: las compraventas de viviendas registradas crecen a ritmos del 15 % anual, especialmente en la vivienda de segunda mano. La mayor parte de las compraventas se materializa a través de préstamos, pero una parte aún significativa es al contado. La consecuencia directa del dinamismo residencial que supone la normalización del mercado residencial es un aumento de los precios. Según los últimos datos del INE el crecimiento de los precios a nivel nacional es del 6 % anual, sin grandes diferencias entre la revalorización de la vivienda nueva y la de segunda mano. Cuatro años consecutivos de subida de los precios, aunque siguen estando bien por debajo de los niveles antes de la crisis.

Por un lado, las favorables condiciones de financiación que se reflejan en la relativa estabilidad en los plazos de las nuevas hipotecas, en los tipos de interés y en el promedio financiado de su valor cercano al 65 %. En un contexto de mejora económica y del empleo, las medidas de esfuerzo llevado a cabo por las familias también se mantienen relativamente estables. El valor de la vivienda  supone siete veces la renta bruta disponible de las familias, mientras que el esfuerzo (porcentaje de ingresos netos destinados al pago del servicio de la vivienda) se mantiene cercano al 30 %.

La nueva regulación en materia de protección del cliente bancario refuerza la responsabilidad de los bancos en la concesión de préstamos, analizando la capacidad de cumplimiento de las obligaciones contratadas por el cliente. De esta forma los bancos evalúan todo un conjunto de indicadores que van desde el empleo e ingresos, también la situación patrimonial y financiera. Es importante en este sentido que el proceso de información de la entidad financiera y del cliente se haga de manera transparente para que se cumpla el principio de responsabilidad que deben tener ambas partes




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