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Weidmann rechaza que la compra de deuda pública sea una “receta mágica” y ve obstáculos legales

Redacción - Lunes, 24 de Noviembre

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha criticado que parezca que la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) es una "receta mágica" para resolver todos los problemas de la eurozona, y cree que existen obstáculos dentro del mandato legal de la institución europea para su puesta en marcha.

Durante su participación en la Convención Anual de la Asociación de Mercados Financieros (AMF), Weidmann recalcó que su postura sobre este cuestión es "de sobra conocida" y subrayó que existe demasiada obsesión con la posibilidad de que el BCE adquiera deuda pública, lo que está impidiendo debatir las cuestiones que realmente importan, como reactivar el crecimiento.

De hecho, apostilló que cada vez que el presidente del BCE, Mario Draghi, ofrece una rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno "la primera pregunta es qué va a hacer después", algo que ha ocurrido también en su acto de este lunes en España, lo que, aseguró, "confirma sus prejuicios".

Weidmann criticó que parece que existe la idea de que el hecho de que el BCE compre deuda soberana es "una receta mágica" que una vez se ponga en marcha se solucionarán todos los problemas de Europa. "Nos distrae la atención de todo lo que importa", insistió.

El presidente del Bundesbank admitió que la compra de deuda soberana "per se" no está prohibida en el mandato del BCE, pero incidió en que sí existen disposiciones en los tratados que crean "obstáculos legales por motivos de peso" y que son "importantes" para que funcione la unión monetaria.

Asimismo, recalcó que las herramientas no convencionales de política monetaria son "extremadamente caras" e incluyen medidas que todavía no se han puesto en practica y de las que no se conocen sus efectos.

ESTIRAR LOS LÍMITES DEL BCE.

De hecho, advierte de que algunas de estas medidas son "una intervención en el mercado y pueden provocar distorsiones" en un momento en el que se "estirando los límites" de lo que puede hacer el BCE, "incluidos los legales".

Por otro lado, recordó que la Unión Europea funciona en un entorno "singular y único", ya que hay una política monetaria común y 19 políticas fiscales nacionales independientes, lo que supone que los países tienen que asumir las consecuencias de la decisiones que adoptan.

En su opinión, mutualizar las consecuencias de estas decisiones nacionales podría afectar a la estabilidad de la unión. Por ello, consideró que "tienen sentido estos obstáculos" y se debe actuar en el escenario que se ha creado.

Asimismo, recalcó que para que la política monetaria tenga éxito son necesarias condiciones previas, como unos mercados de trabajo que funcionen bien o unas finanzas públicas bien controladas.

"Esperar que el crecimiento venga de los bancos centrales es esperar demasiado, los bancos centrales no pueden conseguir crecimiento", incidió Weidmann, quien ha recalcado que lo que sí pueden hacer es cambiar el rumbo de la economía para que esta se encamine hacia el crecimiento.

En este sentido, insistió en que el crecimiento depende de la capacidad de las empresas, sus trabajadores, del sistema y de los gobiernos, y no tanto de que el banco central inyecte fondos a la economía, ya que esto generaría países con abundancia de capital, pero sin elevados niveles de crecimiento.

 




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