{mosimage}En los últimos días comienza a ser más evidente la
reticencia de los flujos de inversión de los grandes fondos internacionales a entrar en el mercado español respecto a
otros de la eurozona, después de dos meses, los primeros del año, de
fuertes
entradas netas de capital extranjero. La explicación de los gestores
está en las
macrooperaciones proyectadas por los valores líderes de la Bolsa
española. Telefónica ha sido la primera en entrar en el mercado de la
nueva Unión Europea y Endesa insiste en crecer en Italia, aunque las
resistencias crecen en el país transalpino. Como hecho
curioso, el número de firmas de Bolsa que aplauden las operaciones es
mayor que el que las repudia. No obstante, el mercado se mantiene a la
expectativa, porque
las agencias de calificación son cicateras y ponen el fenómeno bajo
vigilancia, lo cual inhibe a los grandes gestores internacionales. O lo
que es lo mismo, pesan más las agencias que la bondad de las
operaciones.
"El análisis del comportamiento de las Bolsas se muestra cada vez más difícil,
porque cada vez es más complejo el seguimiento de los fenómenos corporativos y su incidencia en el ánimo de los gestores.
El Ibex tiene ante sí el reto de consolidar soportes o de perderlos,
porque los valores líderes han iniciado un proceso de crecimiento en
países de la eurozona, caso de
Endesa en Italia, o de países que pronto serán miembros de la Unión Europea, caso de
Telefónica en Chequia. Ambas operaciones, unidas a la de
BBVA y a la del año pasado de
Santander
parecen suponer un lastre inmediato para la evolución del principal
índice del mercado nacional. El hecho se hace más patente cuando el
resto de los principales mercados de acciones del mundo también
flaquea", dice Francisco P, analista bursátil.
"Estamos, sin embargo, ante un hecho apasionante, ya que hasta ahora
eran muchos los analistas que criticaban a las principales empresas
de la Bolsa española por dedicarse sólo a retribuir al accionista y no
mirar más lejos.
Ahora que mueven ficha, el mercado las castiga y muchos analistas que apostaban por este tipo de iniciativas las critican ¿en qué quedamos?", añade.
"Se trata, en cualquier caso, de un movimiento internacional.
Desde hace algunas semanas, Wall Street es un hervidero de rumores
sobre importantes operaciones corporativas, que afectan a todos los
sectores. Muchas de ellas se han producido ya y
la moda es que el que compra paga las consecuencias
con caídas en la Bolsa. Una moda que se exporta al resto del mundo. La
Bolsa española, claro está, no es la excepción", concluye.
El papel de las agencias
Otro de los factores que destacan los profesionales del mercado en este fenómeno es el
gran protagonismo de las agencias de calificación de riesgos.
"Este tipo de empresas lo pasó muy mal hace unos años con motivo de los
escándalos contables y financieros. Las críticas abundaron en el
sentido de que tardaron en reaccionar y lo peor, no advirtieron
de lo que se avecinaba", dice Pablo González, analista.
"La sensación que tenemos es que ahora las agencias de calificación
hacen justamente lo contrario y se ponen la venda antes de recibir la
pedrada. Para ello, consideran que lo mejor es poner bajo
vigilancia toda operación corporativa que se ponga en marcha, sea buena
o mala, sin hacer distingos", añade.
"No obstante, lo normal es que el mercado corrija la situación a medio plazo.
Siempre pone las cosas en su sitio y si las operaciones, como se
predican, son buenas, las acciones lo recogerán en sus precios",
concluye.
Endesa en Italia
Las negociaciones que EDF mantiene con el gobierno
italiano para que éste le levante el límite de los derechos de voto en
Italenergía, a cambio de dar entrada a empresas italianas en el mercado
eléctrico galo, en concreto a Enel, podrían llevar a EDF a abandonar
sus planes de salida de Italia, con lo que se reducen las posibilidades
de éxito de la oferta realizada por Endesa sobre la totalidad del
capital de Italenergía.
Los expertos de
Norbolsa esperan que de confirmarse esta noticia se produzca una
relajación de la presión que Endesa ha venido soportando ante
el riesgo de que se embarcase en una operación superior a los
12.000 millones y que le podría llevar a realizar una
ampliación de capital de 2.000 o 3.000 millones, según las cifras manejadas por los expertos.
OPV en ciernes
La situación coincide en el tiempo con el renacer de las ofertas
públicas de venta de acciones en medio mundo. Se avecinan interesantes
ofertas públicas de ventas de acciones en los países de la eurozona,
como
Francia, Italia, Grecia, Bégica o España. También, de la Europa del Este, como Turquía, Hungría, Chequia, Rumanía o Rusia.
Por volumen de capitalización, las operaciones más esperadas son las
privatizaciones de las francesas Gaz de France, con 12.000 millones,
prevista para antes del verano), Areva, con 10.000 millones, (prevista
para verano), y Electricite de France, con 7.000 millones, (pasado el
verano). En
su conjunto demandarán al mercado unos 40.000 millones.
A estas operaciones hay que añadir la colocación de Sanef, la
sociedad de Autopistas del Norte y del Este de Francia, cuya salida a
Bolsa está prevista antes de julio y la posible colocación de la
sociedad Aeropuertos de París.
En Italia también se prepara un importante número de operaciones, lo mismo que en Noruega y Grecia, aunque la mayor actividad se vislumbra en Europa del Este, en Croacia, Bosnia, Rumanía, Chequia, si bien el país más activo en privatizaciones anunciadas es Hungría.
El país ha contratado a CSFB para que le asesore en la venta del
aeropuerto de Budapest, que pretende realizar este mismo año. Turquía y Rusia también inundarán los mercados de papel.
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