Jueves, 21 de Septiembre de 2006
Moisés Romero
Por delante, por detrás. Por la derecha o por la
izquierda. Por arriba o por abajo. No hay por dónde coger el fenómeno.
La lectura del comportamiento de los hasta ahora mal denominados Planes
de
Jubilación deja líbidos a muchos, a la gran mayoría de los
apesadumbrados
trabajadores y ahorradores que confiaron sus pesetas a la industria de
la intermediación de fondos. Los datos de rentabilidad acumulados
provocan temblores, porque apenas cubren la inflación oficial, mejor no
mentar la real. El estropicio es mayor si consideramos que rendimientos
tan raquíticos se producen después de cuatro años de exuberancia de los
mercados de acciones y de formaciones de grandes burbujas como la
inmobiliaria o la de los bonos. Es decir, que los gestores han tenido
mucho dónde elegir. A los que piensen en, con y para la jubilación
mejor que
miren al lado contrario de la Bolsa, si puede ser.
Un gestor entrado en años, bien vestido y sin
pronunciar una palabra más alta que otra, aleccionaba hace poco a un
conjunto de párvulos sobre "la eficiencia de los planes de pensiones en
el tiempo". Gráficos por aquí, dibujos por allá y una perorata monocorde
provocó la hilaridad entre los más jóvenes y el bostezo entre los
acompañantes. El gestor, después de hora y media de explicaciones vagas e inconcretas, recogió
los bártulos y se fue con la patraña a otra parte. El monólogo fue
cobrado, IVA incluído, al colegio de los imberbes.
La
historia es la siguiente: un dólar invertido hace 50 años en un fondo
que replica al S&P 500 equivaldría a 750 en la actualidad. Si el
gestor hubiera cogido el vaivén correcto del mercado, es decir, entrar
en los valles y salir en los picos de los diferentes ciclos, ese dólar
vetusto equivaldría a 3.500 dólares de ahora. Las cifras, amigo lector, no son las
correctas, pero sí indicativas. Por ahí van los tiros. Pero eso no nos preocupa. Es estadística.
Inquieta a muchos el espacio y el tiempo ¿Cuántos ahorradores de hace 50 años
viven en la actualidad bajo el paragüas de tan supuesta magnífica
rentabilidad? En un mundo cambiante, rápido y muy globalizado, el hoy
se impone al ayer y cada vez menos tratan de averigüar lo que puede
deparar el futuro. La realidad, el hoy es diferente a lo que trataba de
discenir el gestor de fondos del principio, auténtico vendedor de
crecepelos.
Preocupa que los planes de pensiones individuales han ido
reduciendo en los últimos meses su rentabilidad, hasta situarse en el
3,86% en agosto, frente al máximo del 7,70% registrado en abril. De esta forma, la
rentabilidad de los planes de pensiones supera sólo en una décima a la
inflación, que en agosto se situó en el 3,7%. Las planes de pensiones
de renta variable fueron los que más se revalorizaron entre agosto de
2005 y agosto de 2006, con un 15,92%, aunque claramente por debajo del
28,77% que acumulaban hasta abril. Por su parte, la rentabilidad de los
planes de renta variable mixta se sitúa en el 8,97%, desde el 16,12% de
abril.
Los planes de renta fija mixta, aquellos que invierten hasta el
30% de su patrimonio en renta variable, cerraron el mes de agosto con
una revalorizaron del 2,79%, seguidos de los planes de renta fija a
corto plazo, con un 0,68% de rentabilidad. Por último, los planes de
pensiones garantizados se revalorizaron un 0,50%, mientras que los de
renta fija a largo plazo cayeron un 0,33%. La estadística de Inverco,
realizada con una muestra de 949 planes de pensiones del Sistema
Individual, representa aproximadamente el 98% del patrimonio, lo que
supone 43.001 millones de euros, y 7,77 millones de cuentas de
partícipes.
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