Miercoles, 22 de Noviembre de 2006
Redacción
Es pura imagen, porque el dinero mantiene la tradición y busca refugio
en los bancos de siempre. Eso dicen, al menos, los entendidos en la
materia.
El 75% de los clientes potenciales de banca
privada en España mantiene la gestión de sus fondos en manos de la
banca tradicional, mientras que sólo el 25% restante apuesta por
entidades especializadas, según un estudio realizado por Accenture y el
Instituto de Empresa con el patrocinio y colaboración de Morgan
Stanley. Estos datos contrastan por ejemplo con los obtenidos en Reino
Unido, donde el 80% de los clientes acuden a entidades especializadas
en banca privada, a quienes confían el 70% de su patrimonio, mientras
en España, el porcentaje medio por cliente es del 50%.
El estudio, que
ha sido efectuado mediante encuestas a las 23 principales entidades
españolas, destaca el potencial de crecimiento del negocio
fundamentándose en que el mercado español crece "más que el global" y
en que España ocupa el décimo puesto de la clasificación mundial de
países con mayor número de individuos con patrimonios elevados.
Este
potencial de crecimiento del mercado español provocará, según el
estudio, "una dura competencia" en los próximos años entre las
entidades especializadas y las que tienen los clientes 'de facto', ya
que el negocio en España crece empujado hacia "la madurez" por un marco
legislativo "en transición".
El perfil
de los clientes españoles ha cambiado, de forma que si antes la mayoría
pretendía preservar su riqueza de la inflación sin correr riesgos,
ahora pretenden "ganar más que la Bolsa cuando las cosas van bien y no
perder cuando va mal". Entre las causas principales de este cambio se
apunta al inminente relevo generacional, ya que a pesar de que el 60%
de "los ricos" tiene más de 56 años, el peso de los clientes con edades
comprendidas entre los 45 y los 55 años aumenta.
Este rejuvenecimiento
de la clientela conlleva cambios en las relaciones entre el cliente y
el gestor, basados en una mayor información y conocimiento
internacional, una mayor tolerancia al riesgo, una mayor implicación en
las decisiones de inversión y un enfoque hacia la creación de riqueza.
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