{mosimage}La penúltima subida de tipos de interés en Estados Unidos ha tenido ya sus primeras víctimas. Los países emergentes más sensibles a los movimientos de capitales internacionales han tenido que tomar medidas apresuradas en plena Semana Santa. Brasil, por ejemplo, ha vuelto a consolidar tipos de interés por encima del 17% ¿Cómo puede prosperar allí la economía con tipos semejantes? En apenas una semana, la Bolsa de Buenos Aires ha caído más del 10% entre otras cosas, porque determinados inversores estadounidenses no se han creído el trágala de la conversión de bonos. El Ibex, con exposición máxima en la zona, se restriega los ojos y mira con detenimiento los sucesos en la región.
Desde mediados de agosto de 2004 los observadores bursátiles han significado dos fenómenos, que les han causado asombro. Uno, la docilidad de los niveles de volatilidad en los mercados de renta variable pese a contar con un entorno plagado de sobresaltos en varios momentos, principalmente de la mano del alza de los precios del petróleo y de la especulación contra el dólar. Otro, el mundo feliz en que han desarrollado su actividad los mercados emergentes, con recuperaciones notables de los flujos de inversión internacionales.
Confome avanza la Reserva Federal de Estados Unidos en su movimiento alcista de los tipos de interés y lo que resulta más importante, advierte de que la tendencia continuará en los próximos meses, los gestores más dinámicos del mundo comienzan a mover las piezas del dominó, que es lo que siempre hacen para poner a buen recaudo sus intereses, es decir, para tratar de neutralizar pérdidas con la retirada de efectivos de los mercados más débiles.
Las Bolsas emergentes son las primeras en sufrir esta ofensiva. La fuerte corrección a la baja experimentada en los últimos días por mercados latinoamericanos, como el argentino, y el acoso de los capitales internacionales hacia monedas singulares de la zona y con gran capacidad de contagio, caso del real brasileño, tienen su explicación primera en la decisión de los grandes fondos de inversión internacionales de abandonar la zona ¿Cómo puede prosperar la economía brasileña con tipos de interés que se mantienen tan altos durante largas temporadas? Los expertos responden que la mejora es imposible.
La acumulación de pérdidas en mercados de acciones y de divisas emergentes termina con un periodo de felicidad, que muy pocos comprendieron hace unos meses. El dinero, no obstante, es caprichoso y extremadamente celoso. Ésta, capricho y celos, es una combinación que genera efectos letales cuando aflora, porque del mismo modo que los capitales internacionales acudieron solícitos el año pasado a los países emergentes, para aprovechar el buen momento del resto de los mercados más capitalizados del mundo, abandonan ahora estos lugares sin miramientos. La mejor rentabilidad de los activos nominados en dólares tras la penúltima subida de tipos de interés en Estados Unidos y el fiasco histórico que ha supuesto la conversión de bonos argentinos son las claves manejadas por los expertos.
El Ibex español mira de reojo el fenómeno. Más del 60% de su capitalización tiene intereses directos en la zona. La posición argentina está neutralizada, al menos de forma aparente, aunque Repsol YPF debe hacer encajes de bolillos un día sí y otro también. El miedo está en que la debilidad de fondo se traslade a Brasil y México, mercados con mucho peso en el principal índice de la Bolsa española.
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