Jueves, 07 de Abril de 2005
Moisés Romero
{mosimage}Los responsables de los bancos centrales han
decidido tomar cartas en el asunto para evitar desplomes innecesarios
en los mercados. Primero ha sido Alan Greenspan, al señalar que los
precios del petróleo tenderán a la baja, porque así lo cotizan ya los
fundamentales y los mercados de futuros. Hoy toma la palabra Trichet,
el presidente del Banco Central Europeo, al término de lo que será la
primera reunión de abril de la entidad. Inflación, debilidad de las
cifras de crecimiento económico, expectativa de tipos de interés y
evolución del euro serán referencias obligadas, aunque en el corto
plazo los mercados siguen más pendientes de los movimientos erráticos
del precio del petróleo y de las operaciones empresariales, que de
cualquier otra circunstancia.
La evidencia de que los mercados de acciones se
resisten a perder posiciones se encuentra, entre otros factores, en el
júbilo que manifiestan cuando el precio del barril de petróleo
tiende moderamente a la baja a la vez que se resisten a hincar la
rodilla cuando pulverizan nuevos máximos históricos. O dicho de otro
modo, las Bolsas transmiten la sensación de que el mundo tendrá que
acostumbrarse a precios altos, en el entorno de los 50 dólares por
barril y que la Bolsa, como la rueda de la vida, está obligada a abrir
y cerrar sus puertas todos los días.
Por eso, los inversores se agarran al clavo ardiendo de la perorata de última hora lanzada por Alan Greenspan en lo que algunos consideran una advertencia a los grandes fondos de inversión
que han atacado con uñas y dientes las murallas del precio del petróleo
abriendo una brecha mayor de lo que en teoría corresponde. Greenspan ha
logrado apagar el fuego del petróleo, aunque haya sido de manera
coyuntural, y los índices bursátiles no se lo han pensado dos veces. Para
los mercados atrás quedan las tensiones inflacionistas, atrás el alza
de los tipos a largo. Puro espejismo, porque ambas circunstancias
permanecen y tarde o temprano volverán a aflorar en las mesas de
contratación de los traders.
Son días animados, también, por movimientos corporativos en medio mundo. En Wall Street abundan las operaciones de todo tipo, desde las fusiones
en el mercado de las telecomunicaciones hasta las opas en el sector de
la energía. Incluso hay movimientos en el sector bancario. En Europa, bebidas y espirituosos
se animan más y mejor para constituir una gran bodega bursátil al mismo
tiempo que los bancos, con el BBVA español de exponente, se muestran
bulliciosos. Los inversores miran atónitos este tipo de operaciones y
se dejan seducir.
La cita hoy es, no obstante, la comparecencia de Trichet justo
cuando se ha confirmado que la Comisión Europea ha rebajado la
previsión de crecimiento para este año y para el próximo. Se esperaba
la primera, pero no la segunda revisión. Además, la Comisión Europea ha
mantenido sin cambios sus previsiones de inflación y ha planteado los
niveles de tipo de cambio y precios del crudo coherentes con este
escenario: 50 y 48 dólares el barril respectivamente para 2005/2006,
con niveles del euro de 1,31-1,32 dólares. Muchos han calificado de irreales estas previsiones ¿Qué dirá Trichet este mediodía?
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