Volatilidad, agitación, tensión, y mucha actividad forman parte el estado más puro de la renta variable. Factores que se han dejado entrever esta semana en los patios de operaciones de medio mundo. Los bandazos en estos días han sido más intensos y emocionantes, por momentos han peligrado algunos niveles críticos, aunque al final la sangre no ha llegado al río y tras un camino de ida y vuelta el equilibrio se ha impuesto de nuevo. Las bolsas españolas, en un momento muy delicado, al menos han logrado mantenerse sobre el nivel de comienzos de año, pero siguen sin abandonar ni para bien ni para mal la irritante tendencia lateral de los últimos meses.
Los resultados de las grandes corporaciones estadounidenses han agitado hasta el extremo al mercado bursátil en uno y otro sentido. A principios de semana unas negativas expectativas de crecimiento de algunas empresas tecnológicas como Ericsson, Intel o Appel vaticinaban un serio ajuste bajista de los indicadores, pero en los días posteriores las ganancias anunciadas por Motorola, Nokia, JP Morgan, Google o Yahoo han devuelto el optimismo al mercado.
La publicación del IPC estadounidense en el mes de marzo, sin embargo, junto a la necesidad de tomar medidas contra los déficit reclamadas por Greenspan ha restado una buena parte de este optimismo. Tanto el aumento de los precios al consumo como de los precios en origen han desenterrado de nuevo la preocupación sobre el posible inicio de un período de tensiones inflacionistas y con ello el temor a un endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, que luego se diluyó sin más. La palabra "moderación" podría incluso desaparecer de los comunicados de la FED dada la cercanía de la próxima reunión de la Reserva Federal, prevista para el 3 de mayo.
A ello ha contribuido la nueva escalada de los precios del crudo. Tras la mejoría mostrada al final de la semana pasada, la cotización del barril de Brent ha retomado la tendencia alcista para llegar a pagarse de nuevo por encima de los 55 dólares, amenazando las expectativas de crecimiento.
En los últimos meses, el índice Ibex se bandea en una tendencia lateral que oscila entre los 9.000 y los 9.400 puntos pero en los primeros días de la semana se temió con la pérdida del suelo de esta franja. No obstante, la reacción en las últimas sesiones ha limitado las pérdidas semanales a un 0,64 por ciento y han dejado de nuevo al selectivo a un paso de los 9.100 puntos, apenas un 0,17 por ciento por encima de los niveles de comienzo de año.
Agenda de previsiones
La semana que entra se presenta cargada de referencias macroeconómicas. El lunes los inversores deberán estar atentos al índice de clima empresarial que elabora el instituto económico alemán IFO y al dato de IPC alemán, mientras que desde Estados Unidos llegará el índice de venta de casa de segunda mano, un dato que se verá completado un día después con la publicación del índice de venta de casas nuevas. Ambos indicadores ofrecerán a los operadores buenas referencias sobre la evolución de la construcción y, por tanto, del consumo al otro lado del Atlántico. El martes, además, se conocerá el nivel de confianza de los consumidores estadounidenses, que según las previsiones seguirá cayendo para colocarse por debajo de los 100 puntos.
En el ecuador de la semana, el miércoles, las miradas de los inversores se centrarán en la Masa Monetaria de la zona euro y en las peticiones de bienes duraderos en Estados Unidos. El jueves, la tasa de paro en Alemania y el dato preliminar del PIB norteamericano del primer trimestre serán los que marque el ritmo de los mercados.
La semana se cerrará con varios e importantes cifras económicas como el IPC de la zona euro y los ingresos y gastos personales estadounidenses, el índice de los gerentes de compra (PMI) de Chicago y la revisión del índice de confianza que elabora la Universidad de Michigan.
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