La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

DE APERITIVO, EL PIB DE EE UU Y LA ESTANGFLACIÑ“N

Jueves, 28 de Abril de 2005 Moisés Romero

{mosimage}Las Bolsas han entrado en una espiral de vértigo difí­cil de superar, al menos a corto plazo. Cuentan los operadores más dinámicos que el entorno se mueve a tal velocidad, que resulta imposible dar un paso sin perder el equilibrio dados los múltiples obstáculos que se encuentran en el camino. Unas veces la zancadilla la pone el barril de petróleo, otras la alarma viene del temor a subidas bruscas de los tipos de interés y ahora, el sentimiento negativo de los consumidores de medio mundo respecto al futuro que viene, porque se auguran crecimientos tibios de la economí­a en el mundo. También se temen resultados empresariales flacos cuando se cierre la veda. Con frecuencia, éstas y otras circunstancias confluyen en el mismo cenáculo, cuyo debate de moda es si las economí­as de Estados Unidos y de Alemania han entrado en la estanglfación. Las cifras de PIB y de empleo animarán el debate.

La tiraní­a de las cifras, de las estadí­sticas sobre el estado de salud de la economí­a, presionará hoy con fuerza, ahora que tanto se habla de la posible estangflación. Wall Street abrirá sus puertas con el plato caliente del PIB del primer trimestre. Un aperitivo sabroso para abrir el apetito y reavivar la polémica. Recuerdan los expertos, no obstante, que la maquinaria estadí­stica de Estados Unidos es singular, de tal modo que los datos de hoy pueden ser rectificados mañana y pasado mañana, hasta en dos ocasiones más. De hecho, serán rectificados. Conviene, por tanto, aprender de la experiencia y no precipitarse, porque un dato bueno hoy puede ser apuntado mañana menos bueno, y a la inversa.

La historia enseña, pese a la repetición de los acontecimientos con el paso del tiempo, que los mercados cotizarán hoy y mañana el mismo dato, sea cual fuere el auténtico, el dado por cierto. O lo que es lo mismo, las advertencias sirven para poco. La primera aproximación que conoceremos respecto al vigor, o no, del crecimiento de la primera economí­a del mundo adquiere hoy una relevancia especial debido a la presión mediática sobre el caso. Los sabios insisten, hasta perder la voz, en que las Bolsas siempre celebran las buenas cifras de actividad económica y se desesperan, pierden el equilibrio, cuando la apuesta es la contraria, la de la recesión económica. De hecho, el varapalo actual de las Bolsas nació, se desarrolló y quizá, morirá por los augurios de un momento económico endeble y un futuro, peor.

Con cifras de crecimiento económico vigorosas, las expectativas de resultados empresariales mejoran y, lo que es más importante en la coyuntura actual, las subidas de tipos de interés inmediatas tienen menor impacto. La prima de riesgo inducida por este fenómeno es menos agresiva, en términos de valoración bursátil, si obedece a lo que los expertos denominan recalentamiento. Lo peor es que los tipos de interés suban en un contexto de fuerte presión inflacionista y pobre evolución económica.

No obstante, la reflexión sobre esta cifra en Wall Street va a durar muy poco, porque mañana la Bolsa más importante del mundo tiene que lidiar con la siempre esperada cifra del desempleo. El resto de los mercados del mundo, en un  movimiento mimético, conocido desde siempre, seguirán los pasos de aquélla, aunque sus fundamentos económicos sean diferentes.

Hoy y mañana, por tanto, la atención de los participantes en el mercado irá un poco más lejos de lo que hasta ahora han sido la contestación y reacciones inmediatas, a los resultados empresariales y a los movimientos corporativos. No es precipitado apostar además, porque en las próximas cuarenta y ocho horas la volatilidad va a subir de tono. El tiempo corre y el dinero, también el papel, quema en las manos de los gestores.

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