La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

EL QUE SE MUEVA NO SALDRÁ EN LA FOTO

Jueves, 05 de Mayo de 2005 Moisés Romero

{mosimage}El análisis de lo que sucede en las últimas semanas de puertas adentro de la Bolsa se torna cada vez más difí­cil, porque los í­ndices han vuelto a atascarse. Muestran carencias importantes cuando intentan recuperar el equilibrio, pero tambien se resisten a tirar la toalla y quizá por eso, esconden la cabeza debajo del ala cuando se aproxima el enemigo por el horizonte. Optimistas y pesimistas llenan sus alforjas de razones. Aquéllos insisten en que la Bolsa está preparada para saltar en cualquier momento, como si fuera una grácil gacela. Éstos que la tendencia de fondo ha empeorado y que lentamente se han ido perdiendo niveles de soporte. Abunda la sensación, no obstante, de que nadie quiere dar carpetazo al asunto y de que todos permanecen atentos al cuadro de mandos, porque el que se mueva no saldrá en la foto.
¿Y si resulta ahora que todo no está tan mal como se pregonaba hace unas semanas? ¿Puede mejorar el sentimiento del mercado en cualquier momento y cojer con el pie cambiado a muchos de los que hartos del aburrimiento, o aconjogados por los cantos despiadados de los voceros, decidieron hacer las maletas? ¿Hay indicios suficientes que apunten en una dirección futura del mercado más favorable que la actual? ¿Existen alternativas recurrentes a la inversión en acciones, con prima de riesgo limitada? Los interrogantes crecen en los últimos dí­as, ahora que el gentí­o ha vuelto del largo puente. Es quizá el último, el que se refiere a las alternativas extrabursátiles, el que más fuerza tiene en la actualidad.

Los informes de situación que las principales firmas del mercado elaboraron a principios de año recalcaban en la ausencia de alternativas válidas a la inversión en acciones con razonamientos que se hacen ciertos conforme pasa el tiempo. Los mejores estrategas del mundo de la inversión insistí­an, e insisten, en que los activos inmobiliarios de medio mundo están inflados, más allá, incluso, de lo que es una burbuja ténica, y que la renta fija conviene olvidarla en un contexto como el actual, caracterizado por incrementos de los tipos de interés en Estados Unidos, que tarde o temprano repercutirán en Europa.

A las Bolsas se las ha tachado en los últimos tiempos de mostrar tí­tulos caros, porque las expectativas de resultados han defraudado en algunos casos. El promedio de resultados trimestrales en Wall Street demuestra, no obstante, que el número de compañí­as que han presentado cifras mejores de las esperadas ha sido mayor que el número de compañí­as que han defraudado. Lo mismo sucede en el temido capí­tulo de las advertencias negativas, con un ratio aceptable.

La media del crecimiento del beneficio estará en torno al 10%. Este porcentaje falla en la comparación con el mismo periodo del año anterior del mismo modo que el primer trimestre de 2004 se comparaba mejor que el primer trimestre de 2003. Puede asegurarse que con crecimientos del beneficio del 10%; alzas del PIB del 3% y tipos de interés que caminan hacia la neutralidad en promedio histórico del 4,5%, las Bolsas pueden erguir la cabeza y sentirse cómodas a través de un saludable y obligado proceso de selección de valores.

Osea, que en términos comparativos el mercado está bien valorado, pero más barato en términos comparativos que las inversiones alternativas. Por eso, los inversores más frí­os se resisten a perder sus posiciones y aguantan con paciencia la llegada del dinero a la renta variable procedente de otros mercados sobrevalorados. Lo dicho, mejor permanecer atentos a la pantalla, porque el que se mueva no saldrá en la foto.
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