Miercoles, 18 de Mayo de 2005
Redacción
{mosimage}Una de las comidillas bursátiles de última hora se
centra en Inmocaral, una inmobiliaria que ha tenido una vida breve,
pero intensa, en la Bolsa española, como su difunto presidente
Francisco Carrasco. Tras comunicados y desmentidos al regulador, ayer
se hizo la luz y se supo, de manera oficial, que la empresa Expo-An,
propiedad del empresario Luis Portillo, a la sazón accionista de
Metrovacesa, ha presentado una oferta vinculante por el 100% de Inmocaral
a un precio de 1,86 euros por acción. El precio ofertado por Luis
Portillo
presenta un fuerte descuento respecto a los 2,36 euros por título
con los que la inmobiliaria cerró ayer en Bolsa y supone valorar la
compañía en 251,62 millones de euros. De puertas adentro del mercado,
la pregunta, que muchos se hacen,
es si Alicia Koplowitz, que posee el 7,26% del capital de la empresa, y
Rafael del Pino, que tiene otro 5,12%, saldrán bien parados de esta
aventura dadas las singularidades, el personalismo, de la
inmobiliaria. Quienes conocen bien los avatares de la misma señalan
que ambos entraron por debajo de 1 euro, a propósito de una ampliación
de capital que hizo la compañía y que las compras posteriores promedian
precios más altos, pero inferiores a la opa presentada. O lo que es
lo mismo, que ambos aún cuentan con margen suficiente para ganar
dinero, pero muy lejos de los 3,20 euros que marcó el máximo de la compañía en vida de Francisco Carrasco.
"Francisco Carrasco se crió en las dependencias administrativas de Lugarce. Desde muy joven se dedicó a los asuntos inmobiliarios. Un buen día decidió cruzar el charco y fijó su residencia en Londres, que más tarde simultaneó con Miami.
Yo creo que tanto viaje, tanta ida y vuelta en avión, le jugó una mala
pasada y que, quizá por eso, su corazón no aguantó el primer envite
fuerte", dice un amigo del finado que pide permanecer en el anonimato.
"Desde Londres vio el buen momento del mercado inmobiliario en España y
puso en marcha una iniciativa muy en boga en el Reino Unido, pero
desconocida en nuestro país. Se trata del concepto de inmobiliaria no patrimonialista
y por decirlo de algún modo, muy especulativa, con rápidos movimientos
a corto plazo. Son compañías que se defienden muy bien, generalmente,
cuando los ciclos son malos en el sector, porque ellas se dedican a
comprar y vender activos inmobiliarios y hacen y deshacen el
apalancamiento financiero con mucha rapidez", añade.
"Inmocaral se ha distinguido, hasta ahora, por la compra de edificios
emblemáticos, entre ellos la antigua sede social de Iberdrola, y su
rehabilitación rápida e inmediata para revenderla a buen precio. Ahí
reside gran parte de su valor en Bolsa, porque es su valor añadido. El liquidativo de la compañía apenas cuenta en este caso", destaca.
"Por eso la venta se antoja complicada y difícil al ser una compañía ideada, dirigida y proyectada por Francisco Carrasco, que murió en octubre y desde mi punto de vista, gran parte de la compañía murió con él. Por eso el precio ofrecido por Portillo es inferior a la cotización", insiste nuestro interlocutor.
Fosforera y la CNMV
El expresidente de Inmocaral puso en marcha un proceso de búsqueda de
fichas bursátiles sobre las que volcar el primer patrimonio fundacional
y dar cuerpo a su idea. Se fijó en la suspendida Fosforera e inició los trámites de su compra hasta que los culminó.
"Una vez que compró Fosforera y le cambió el nombre por el de
Inmocaral, la CNMV permaneció muy vigilante e instó a la sociedad a
mejorar su nivel de liquidez con el objeto de no influir de manera
artificial en el precio de la acción en Bolsa", prosigue nuestro
interlocutor.
"Francisco Carrasco se rodeó de buenos amigos y puso en marcha una
ampliación de capital por debajo de 1 euro a la que acudieron el
expresidente de Ferrovial, Rafael del Pino y Alicia Koplowitz.
Respecto a la empesaria la última comunicación oficial data del 26 de
septiembre cuando comunicó a la CNMV que había incrementado su
participación en la inmobiliaria adquiriendo un paquete de
acciones representativas del 2,252% del capital. La empresaria aumentaba así su presencia en la compañía y se convertía en la
segunda accionista de la misma con una participación del 7,252%, por
detrás de Francisco Carrasco, presidente de la sociedad, con un 72,51% del capital. Casi al mismo tiempo se supo que Rafael del Pino, antiguo
presidente de Ferrovial, se había hecho con el 5,2% de
Inmocaral. Más tarde, UBS también notificó una compra importante. La cotización comenzó a subir como la espuma y alcanzó un máximo histórico en los 3,20 euros. Osea, que los dos empresarios ganan dinero con la opa presentada, pero menos de lo que pudieron ganar", añade.
Hechos relevantes
"Pese a los cruces de hechos relevantes de la semana pasada y la
posición de UBS en este proceso, la idea del mercado desde que murió
Francisco Carrasco es que Inmocaral sin él no era Inmocaral. O lo que es lo mismo, que estaba en venta, como así se ha demostrado. Está
claro que la compañía se debe vender de una sola vez, porque de no ser
así la cotización se vería anegada de papel y por ello el opante ofrece
un precio más bajo al de la cotización en el mercado", continúa.
"Los socios de referencia deben buscar soluciones alternativas, porque aún tienen
margen de ganancia, aunque el tiempo apremia y las noticias no son
buenas, pero son habas contadas. El grupo inmobiliario ha sufrido un descenso en su beneficio neto
atribuible del primer trimestre del 79%, que ha quedado en los 69.000
euros,
frente a los 330.000 del mismo período del año anterior. Por el
contrario, el volumen de negocio ha crecido el 11,4%, hasta los 1,29
millones de euros, mientras que el ebitda ha sido positivo en 663.000
euros. Los resultados consolidados incluyen 321.000 euros de
amortizaciones y 235.000 euros de gastos financieros netos", dice nuestro interlocutor.
Considerandos
En la opa presentada ayer se da la circunstancia de que
Portillo, también a través de Expo-An, es el cuarto máximo accionista
de Metrovacesa, dado que tiene un 5,66% de este grupo inmobiliario. La
oferta de Portillo sólo está condicionada al resultado satisfactorio
del proceso de "due diligence" que actualmente emprenderá para revisar
distintos aspectos de Inmocaral, según detalló Chiltern Trust Company,
sociedad de cartera de los Carrasco.
Por su parte, la familia Carrasco se ha comprometido a no entablar
negociaciones para la venta de su participación en un plazo de 90 días,
con el fin de permitir que Portillo "pueda realizar la due diligence y, en virtud del resultado de la misma, formular una OPA en metálico por la totalidad de las acciones" de Inmocaral.
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