El Sector Servicios fue ?inventado' en USA a finales del siglo XIX; de hecho, el denominado Modelo USA se basaba en ese sector. Una es la razón de la eclosión económica del Sector Servicios: el aumento de la renta. Siguiendo con USA, hasta la Depresión de los Años Treinta los servicios continuaron aumentando su peso económico, y lo hicieron gracias a otro ?invento': la venta a crédito.
Lo primero que busca cualquier individuo en cualquier sociedad y en cualquier periodo histórico es cubrir sus necesidades alimentarias y de vivienda y posteriormente, las relativas al vestido. Una vez cubiertas sus necesidades básicas y una vez que su renta le da para algo más que para pagarlas, comienza a pensar en otras necesidades, y entonces aparecen los servicios; lógico, ¿no?. Pero claro, este razonamiento puede ser leído en sentido contrario: decrementos en la renta y caídas en la capacidad de endeudamiento implicarán, ineludiblemente, reducciones en la cantidad demandada de servicios.
La economía del planeta, pese a lo que muestran algunas cifras macro y algunas otras micro, no se encuentra en sus mejores momentos, el caso de la UE es ejemplo de ello. En los países desarrollados, el sector servicios llega a generar el 70% del PIB, ¿imaginan el impacto que podría llegar a tener la desaceleración de ese sector?. Dirán que algo así es poco probable, pero no, de hecho, cuando ?hay problemas' donde primero empiezan los recortes es en lo no esencial (al menos en lo no esencial en términos políticos).
La UE, impulsora y protagonista del Protocolo de Kyoto, ya está empezando a recular en lo tocante a los objetivos futuros de la lucha para salvaguardar el medio ambiente; claro, mejorar el medio ambiente significa mejorar la eficiencia pero, de entrada, significa poner dinero sobre la mesa y significa cierres de compañías o cuanto menos, incrementos de costes; malos temas en momentos de no-bonanza.
Cuando las cosas van bien puede pensarse en lo que, de entrada, no es esencial; cuando pintan bastos, los servicios pueden pasar a un segundo plano. Así que ya lo saben: puede que llegue el momento en que tengan que olvidarse de ir a su club a jugar al golf y puede que tengan que conformarse con dar unos golpes en el pasillo de su casa; con un hierro del cinco, si les hace ilusión.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.