Viernes, 03 de Junio de 2005
Moisés Romero
{mosimage}En el templo del capitalismo mundial se representa
desde hace unos días la Metaformosis de Kafka. Diferentes procesos de
transformación de un ser humano acosado por sus creencias y
visiones. Uno, a fuerza de haber visto la obra varias veces en otros
tantos teatros, la entiende. O mejor dicho, cree que la entiende, que
en eso consiste el reto de Kafka, en transformar los miedos del
pensamiento en realidad, y al revés. Osea, que en numerosas ocasiones
uno no sabe si lo que desarrollan los mercados se ajusta a la lógica o,
si por el contrario, es puro espejismo. Por ejemplo, resulta ahora que
la caída del euro anima la especulación en las Bolsas europeas y la
subida del dólar atrae el dinero hacia Wall Street ¿Son los dos
procesos antagónicos? Esta es la pregunta que nos plantea Pablo, un lector, hoy.
Pablo acaba de entrar en la Universidad. Con la
mayoría de edad se sintió atraído por las cosas de la Bolsa y ya ha
realizado sus primeros pinitos con éxito relativo, más bien escaso. El
estudiante se afana, lee, busca, rebusca, escucha tertulias económicas
en el coche que lo lleva a la Universidad y lee todas las publicaciones
especializadas por Internet. Ayer nos envió una pregunta que
contestamos desde aquí:
"Estimado
director: He leído por Internet y escuchado en la radio que las Bolsas
europeas subieron el miércoles por la caída del euro. Ese mismo día
subió Wall Street. No lo entiendo. Si una moneda débil anima a las
Bolsas nominadas en esa divisa, la reacción debería ser la contraria
con una moneda fuerte. Osea, que algo falla ¿Qué opinan ustedes?"
Apreciado lector: entendemos que ambas cosas son compatibles como expondremos a continuación. Antes, empero, recomendamos que vea el gráfico intradía de esa jornada
y comprobará cómo el grueso de la subida, la mayor proyección al alza
de los mercados europeos, se produjo en el periodo de coincidencia
operativa de éstos con Wall Street. El miércoles la Bolsa de Nueva York
abrió con clara aceleración alcista y contagió al resto del mundo.
Para nosotros se trata, por tanto, de una subida auspiciada, como
siempre por Wall Street más que por los fundamentos económicos
europeos. Respecto a la convivencia de las dos alzas con monedas en dirección contraria se trata de un fenómeno muy singular. Un euro débil y acosado anima al dinero a buscar refugio en las acciones,
que son las que mejor se defienden desde siempre en estas
circunstancias. Ahora bien, al mismo tiempo que parte del dinero se
refugia en acciones otro, fruto de la oferta que hace caer a la moneda,
corre al área del dólar, lo que empuja su cotización. Sucede que el
dinero no se queda en las cajas de los bancos en físico, en billetes,
sino que se invierte en acciones, con lo que provoca un efecto doble, el de la mejora del dólar y el alza de las cotizaciones.
Amigo Pablo, con
frecuencia estos episodios tienen una vida corta, muy breve y al final
el débil es el derrotado. Estados Unidos no está para tirar cohetes,
por supuesto, pero Europa está malherida, al menos desde el punto de
vista político y además, con crecimientos endebles. No obstante, las empresas cotizadas aguantan el tipo y eso es de especial importancia en momentos de cierta zozobra y gran incertidumbre como el actual.
Gracias por su carta. Atentamente, la dirección. Y cuidado con las
curvas de la Bolsa.
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