La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

DOMINGO 29 DE MAYO (Continuación) Y MIERCOLES 1 DE JUNIO

Martes, 07 de Junio de 2005 Santiago Niño Becerra

¿Por qué se le da tantas vueltas al voto negativo de las ciudadaní­as francesa y holandesa?. Hablen Uds. con francesas y franceses, con holandesas y holandeses y oigan lo que muchas y muchos de ellas y ellos les dirán: "Cada vez vivimos peor". Toda votación del tipo de la planteada en Francia el 29 de Mayo y en Holanda el 1 de Junio, exige escoger entre dos opciones contrapuestas; su resultado, además de mostrar el porcentaje de ciudadanas/os a favor y en contra de lo propuesto, indica el nivel de escisión de la sociedad nacional en relación a lo preguntado.

En el caso de los referendos francés y holandés, teniendo en cuenta que en el primero los sondeos de opinión previos a la consulta casi coincidieron con los resultados finales y que los del segundo los superaron por mucho, la fotografí­a muestra que más de la mitad de ambas ciudadaní­as no confí­a en la Europa que puede traer esa Constitución porque creen que sus cosas van a ir peor.

"Otra izquierda es posible", "Elites desautorizadas", "Paí­s real frente a paí­s legal". Esas frases y otras semejantes podí­an ser oí­das en Francia y en Holanda la noche del 29, y la del 1. Independientemente del nivel de aceptación popular de los gobiernos de esos Estados, la realidad que nadie en ninguna parte de Europa quiere admitir hoy es la de que esos gobiernos estaban apoyando algo que en la opinión de la mayorí­a de los gobernados llevaba a un retroceso en su estándar de vida; esos gobiernos; unos gobiernos con los que ya se estaba produciendo una caí­da en las condiciones de vida de los que podí­an votar.

En España, el referéndum arrojó un ?Sí­', pero ese ?Sí­' no fue objeto del análisis que han merecido los ?Noes' francés y holandés, ¿por qué?, ¿porque aquí­ ya ?salió' lo que era conveniente que ?saliese'?. A la luz de la más pura lógica, en España el resultado debí­a haber sido negativo. En muchos aspectos, España se encuentra bastante alejada de Francia y a meses luz de Holanda y si las expectativas económicas francesas no son halagí¼eñas y las holandesas son problemáticas, mucho peores son las españolas. Podrí­a argumentarse que los españoles no se sienten tan decepcionados con su Gobierno como lo están franceses y holandeses, lo que, posiblemente, sea cierto; sin embargo, también lo es que en los últimos cinco años los ciudadanos de España no han perdido tanto como han perdido los de Francia y Holanda debido a que partí­an de una posición mucho más retrasada.

Repasando la historia puede comprobarse que Francia siempre ha estado a la vanguardia de los movimientos que han supuesto una ruptura radical con el pasado y que Holanda ha sido prototipo de paí­s que ha luchado hasta sus últimas consecuencias por su independencia; puede que franceses y holandeses tengan muchos defectos, pero no el de temer romper con una situación que es o puede llegar a ser negativa ¿para ellos?. ¿Por qué, necesariamente, han de haberse equivocado los ciudadanos de Francia y los de Holanda votando ?No' en su referéndum constitucional?. ¿Por qué hubiesen estado equivocados los españoles votando ?No' en el suyo?.

En lo que escribí­ antes del referéndum francés y Uds. leyeron el 27 de Mayo en lacartadelabolsa, decí­a que a mí­ toda esa presión desatada a favor del ?Sí­', me sonaba a amenaza, a que la alternativa era, ?O ?Sí­', o 'el diluvio'. Suponiendo que el texto constitucional propuesto fuese el único posible, es decir, suponiendo que ningún otro texto fuese posible, entonces el planteamiento seguido en Francia y Holanda y en todos los miembros de la UE a favor del texto debiera haber sido, deberí­a ser, otro.

Teniendo en cuenta que es fácil deducir a qué Europa apunta éste redactado, considerando que no es difí­cil dibujar la Europa que viene, se equivocaron y equivocan aquellos que pretendieron y pretenden vender a la ciudadaní­a la conveniencia de algo que, en realidad e independientemente de sus consecuencias, es ineludible. Entonces los que no hubiesen estado de acuerdo con eso hubieran podido decir que ?Otra Europa distinta de la que va a venir es posible". ¿Cuál?. Otra diferente.

 

Santiago Niño Becerra. catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

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