Dicen los que saben de las cosas financieras que el BCE puede que baje los tipos de interés. Puede que lo haga y puede que no pero, de hacerlo, ¿serviría para algo?. Antes, cuando las políticas económicas eran nacionales, cuando los Estados tenían entidad económica total, el keynesianismo, primero y el monetarismo después, regulaban la oferta monetaria incrementando o disminuyendo los tipos de interés; el primero para aumentar la actividad, el segundo para reducir la inflación. Ese modo de operar funcionó hasta finales de los 80 y continuó haciéndolo, aunque ya no tan fluidamente, hasta mediados de los 90; pero hoy, ese sistema ya no va porque las cosas son completamente diferentes a como eran.
Japón lleva un montón de tiempo con tipos reales negativos y su economía sigue estancada; los ciudadanos USA, aunque en los últimos meses la FED ha subido los tipos, continúan endeudándose a golpe de tarjeta; el diferencial de tipos existente entre USA y la UE no justifica la peregrinación diaria de casi 2.000 millones de dólares hacia el país de las barras y estrellas, pero la peregrinación se mantiene; las condiciones del dólar USA hoy tampoco justifican que los países del Este de Asia sigan acaparando dólares en alguna de sus formas, pero lo hacen. Sin embargo, con este decorado, el BCE se está planteando bajar los tipos a fin de que se reactive la economía europea. ¿Me lo explican, por favor?.
Eso, a nivel global, porque a nivel local, las manipulaciones de tipos sí tienen consecuencias. ¿Se imaginan el impacto de una bajada de tipos sobre la inflación española?. "¡Endéudense más!", podremos oír. ¡Qué bien, qué bonito es un aumento de actividad!.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.