Hace unos días decía en lacartadelabolsa que si alguien, hoy, deseaba ser tenido por progresista debía estar a favor de la emigración y del matrimonio homosexual. Siendo absolutamente cierto lo anterior, otro elemento debe ser incorporado a la lista de cosas que toda/o ciudadana/o debe cumplir para figurar en el progresismo: no cuestionar absolutamente ninguna decisión que se tome en el seno de la UE, es decir, estar -siempre- a favor de lo que sobre Europa decidan los que rigen e influyen en los designios europeos.
¿Por qué he tomado esa frase de la primera ministra británica de la época como título de esta miniserie?, pues porque, en el fondo, fondo, el ÚNICO problema que hoy Europa tiene es de dinero; ni político, ni de soberanía, ni cultural, ni legal; de puro y simple dinero, es decir, lo que pasa, ha pasado y va a continuar pasando en Europa es -como reza aquel refrán español- el resultado de la mohina derivada de una situación en la que falta harina.
Europa moderna nace, en 1945, tras una guerra horrorosa y con una historia de enfrentamientos entre los Estados que la integran que se remonta a la desaparición del Imperio Romano, es decir, los territorios de esta Europa nuestra de hoy habían estado SIEMPRE, por un motivo o por otro, enfrentados; el colofón llegó al acabar la II Guerra Mundial: esos territorios europeos estaban destruidos, miserizados y metidos en un tinglado que, esta vez sí, no habían ellos liado: la Guerra Fría.
A alguien se le ocurrió que el único camino para que los países europeos dejaran de enfrentarse era la economía. A algunos de esos países empezaron a llegar dólares USA a fin de que la miseria no hiciese que la gente empezase a votar cosas que no debía votar, y algunos de esos países comenzaron a firmar acuerdos económicos entre ellos y, como cuando se está muy abajo es fácil subir, y como a la gente le gusta estar cada vez mejor y las circunstancias eran propicias para ello, los acuerdos firmados comenzaron a rendir frutos, bastantes europeos empezaron a estar mejor y una cosa llamada PIB empezó a crecer; pero a la vez que se plantó la semilla del crecimiento, se plantó la del futuro enfrentamiento.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
[Volver]