El ¿atentado?, ¿ataque?, del jueves 7 de julio en Londres ha vuelto a sacar a la palestra un sin número de teorías que ¿explican?, ¿intentan explicar?, las razones de las masacres habidas en las tres ciudades que configuran el título; a la vez, ha vuelto a reeditar el catálogo de ¿soluciones? para evitar que vuelvan a producirse en otros lugares del planeta.
"Tras el mensaje que para el capitalismo supusieron la revolución rusa del 17 y el intento alemán del 19 y con la miseria que se instaló en Europa tras la II Guerra mundial y el peligro que esa extrema pobreza representaba para los intereses capitalistas, el sistema de mercado comprendió que su supervivencia dependía de la estabilidad de la clase obrera y entendió que la mejora en las condiciones de vida de ésta generarían innumerables oportunidades de negocio que él aprovecharía. El Plan Marshall, el modelo de protección social, el aumento de la renta personal de los europeos y la puesta en marcha de opciones políticas como la Democracia Cristiana italiana eliminaron los peligros de un estallido social. ¿No cree Ud. que si aconteciese algo semejante en los países árabes, en general, y entre los palestinos, en particular, sucedería, en no demasiados años, algo parecido a lo que pasó en Europa?".
El hombre de negocios israelí me escucho en silencio durante toda mi exposición; instantes después de que finalizase, me respondió raudo: "Por descontado, y el Gobierno israelí lo sabe; el problema estriba en la financiación de todos los proyectos que sería necesario acometer".
En la evolución cercana del pensamiento humano, el siglo XII fue crucial porque durante su transcurso alguien se planteó, por primera vez, por qué la religión y el poder político debían formar una misma cosa, y por qué la razón había de estar supeditada a la fe, y el primero que se lo planteó -que se sepa- fue un filósofo musulmán: Averroes; bastantes años después, a principios del siglo XIV, Guillermo de Ockham se planteó, en Inglaterra, algo parecido y llegó a la conclusión de que los Papas no tenían ningún derecho a ejercer el poder temporal. A partir de aquí, en Occidente, comenzó, lenta pero imparablemente, la separación entre Iglesia y Estado y más tarde, la división entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial; en Occidente, no en las áreas de religión musulmana. Y así estamos.
Hoy, en los países musulmanes, y a pesar de que algunos de sus Estados hayan adoptado el aspecto de democracias formales, la filosofía que embebe todos los órdenes de la vida, todos, es la misma que Averroes criticó, filosofía que es utilizada de mil y una maneras distintas por todos aquellos a quienes beneficia la inestabilidad reinante en el entorno musulmán. Una situación que imposibilita poner fin a la miseria en la que se encuentra sumido el pueblo musulmán y que continuará siendo el caldo de cultivo del llamado terrorismo islámico. Únicamente los 0,7s y las condonaciones de deuda no van a servir absolutamente para nada. Ya lo verán
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.