La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

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Viernes, 22 de Julio de 2005 Santiago Niño Becerra

¿Se han fijado en lo que hace el agua?. Aproxí­mense a un riachuelo (si es que con la actual sequí­a encuentran alguno por el que discurra el lí­quido elemento), bien, aproxí­mense y miren, ¿qué ven?.

Verán que el agua fluye constantemente, que jamás se detiene; que, si lanzan una piedra al cauce del riachuelo, el agua, o encontrará un camino para evitar el obstáculo, o, pura y simplemente, saltará sobre él. El agua siempre encuentra el camino más fácil para seguir su curso, para continuar avanzando, porque el agua no se detiene jamás.

Esta historia sobre el agua viene a cuento de lo que ahora mismo está sucediendo. ¿Se han percatado de que no existe un solo paí­s en el planeta en el que no haya problemas?; ¿se han fijado en que todos los paí­ses, directamente dentro de sus fronteras o indirectamente a través de los efectos de la postglobalización en la que nos hallamos están inmersos, cuanto menos, en la incertidumbre?.

Pasan cosas con el empleo, con los tipos de interés, con las cotizaciones bursátiles, con los bonos, con los costes, con los déficits, con el nivel de endeudamiento de ciudadanos y Estados, con la inflación, con los precios de la energí­a, con los tipos de cambio; y esas cosas que pasan, pasan tanto en Indonesia como en Venezuela, en Canadá y en la India, en Finlandia y en Marruecos; pasan cosas, sí­, y esas cosas dan lugar a reuniones, a encuentros, a informes, a cumbres y a estudios, pero, ¿en realidad pasa algo?.

¿No les da la sensación de que estamos instalados sobre una onda de agua y nos deslizamos fluyendo de forma continua encontrando siempre el mejor camino para seguir aunque sin resolver nada, sin llegar a conclusiones y sin decidir?. ¿No les parece que somos parte de una masa de agua que se adapta al perfil del cauce por el que discurre, y que fluimos y fluimos sorteando obstáculos y serpenteando por problemas sin enfrentarnos ni a unos ni a otros?.

Pasan cosas, sí­, pero pueden ser superadas; no resueltas porque eso darí­a lugar a choques que no queremos tener, pero avanzamos, seguimos nuestro camino, que es lo único importante. ¿Que los problemas van a ser más gordos cuanto más tiempo los dejemos a un lado?; bueno, tal vez, pero avanzamos; como el agua de ese riachuelo bajo las frondas de un verano que se presenta caliente.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

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