La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

RECICLAJE

Martes, 02 de Agosto de 2005 Santiago Niño Becerra

Como ya les he dicho en otras ocasiones, resido en una población de la costa de Barcelona que tiene, según los últimos datos, con 14.561 residentes censados; una población que cuenta con un servicio de recogida selectiva de basuras. (Ya les estoy dando demasiados datos, al final van a acabar encontrándome).

Este servicio de recogida selectiva tiene dos patas. Una es el servicio de recogida puerta a puerta: cada dí­a de la semana tiene asignado un tipo de basura, lo que supone tener que almacenar en casa las basuras que se generan hasta que toca su recogida (algunos dí­as repiten basura), o bien llevarlas a unas ?áreas de emergencia' asignadas. La otra pata es la puesta en marcha de una deixalleria, una instalación a la que los residentes pueden llevar objetos varios que, por su volumen o tipologí­a, no pueden ser calificados de basura (en catalán, deixalla = desperdicio).

Periódicamente, el ayuntamiento de la población en que resido suministra datos cuantitativos de la deixalleria (disculpen que no traduzca el término: en catalán tiene más ambiente, ya verán por qué). Los últimos suministrados, una vez realizados cuatro cálculos simples, indican que, en un año, cada usuario del servicio (más o menos, usuario = hogar) que ha llevado algo a esa instalación, ha acarreado 88,6 Kg. de desperdicios, desglosados del siguiente modo: 20,7 Kg. de ?restos de poda', 19,5 Kg. de ?trastos viejos', 8,4 Kg. de escombros de construcción y derribo y 4,2 Kg de chatarras varias, lo que da un total de 52,8 Kg.; de los 35,8 Kg. restantes hasta los 88,6 Kg. nada dice la nota oficial. Insisto, lo anterior se refiere tan sólo a desperdicios al margen de la basura que diariamente es recogida de forma selectiva.

Llegados aquí­, me detengo y me pregunto: ¿a dónde nos estamos dirigiendo?. Si además de la basura ?reglada' cada usuario ha generado casi 89 Kg. de desperdicios ?especiales' a lo largo de un año, y eso teniendo en cuanta que, según se dice, es proverbial el sentido de ahorro de los catalanes; si dí­a tras dí­a generamos más y más basura, ¿qué vamos a hacer con toda la basura que nuestro imparable sistema de crecimiento va a continuar generando?; pues, reciclarla.

¿Se imaginan?. Podrí­a colocarse una deixalleria en los centros de todas las poblaciones; por cada 14.561 habitantes, una. Si en Finlandia las/los guí­as turí­sticos muestran como punto emblemático los laboratorios de investigación de la compañí­a Nokia al paso de los buses de turistas frente a las instalaciones, ¿por qué no podrí­amos nosotros mostrar esas odas al reciclado al paso de los coaches de turistas que nos visitan?. (Se lo advierto, no patenten la idea porque voy a hacerlo yo).

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

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