Resulta ser que las deudas contraíÑ‚Âdas por las
familias del Reino de España alcanzan los 603.763 millones de euros;
eso es lo que recientemente ha dicho el banco de España. ¿Es mucho?,
¿es poco?, ¿ni fu ni fa?.
El
problema de los grandes números estriba en que es difíÑ‚Âcil hacerse una
idea de su dimensión; nos aproxima un poco más el conocer que el monto
total de lo que deben las familias del reino representa el 72% del PIB
de España, pero tampoco da una idea fidedigna de su cuantíÑ‚Âa.
Yo he hecho un sencillo cálculo que ahora voy a compartir con Uds. He cogido esa enormidad de pasta y la he dividido entre el total de la población activa española y luego, entre el total de la población ocupada, y me ha salido lo siguiente.
Cada española y cada español que está trabajando o que, no estándolo, manifiesta su deseo de trabajar, tiene una deuda de 29.524 euros, deuda que aumenta hasta los 33.011 euros si únicamente se atiende a la población ocupara. Centrémonos en este último colectivo.
Cada española y cada español que está trabajando, debe a alguien casi 5,5 millones de pelas, cada una/o, con independencia del tipo de contrato laboral de que disponga, de la remuneración que esté percibiendo, de la seguridad que inspire la institución en la que se halle ocupada/o; claro, dirán Uds. que eso es una media y que las/los españolas/es ocupadas/os tendrán una deuda en función de su capacidad de endeudamiento, es decir, de sus ingresos; si dicen eso, yo les responderé, ¿seguro?.
Hace mucho, mucho tiempo, un directivo de un banco que perdió su razón social tras varios procesos de absorción (las fusiones no existen: es un invento semántico), me comentó que una norma no escrita de su banco decíÑ‚Âa que jamás de los jamases, se concediera un crédito a un solicitante si la suma de las cuotas de los créditos, de todos los créditos, que ese solicitante ya estaba amortizando -en esa institución financiera o en cualquiera otra- ascendíÑ‚Âa al 30% de sus ingresos totales. Uds. sonreirán, pero recuerden que he dicho que de eso hace mucho tiempo.
Ahora piensen; piensen en qué sucederíÑ‚Âa en el reino si se produjese una caíÑ‚Âda en la ocupación teniendo en cuenta que hay familias en las cuales, sólo un progenitor se encuentra ocupado, y considerando que existen bastantes familias que están endeudadas hasta las pestañas; ligeramente preocupante, ¿verdad?.
Claro, que siempre puede decirse aquello de que las familias españolas son ricas, ya que aplicando la misma regla anterior, la riqueza por ocupado asciende a 42.653 euros; el gran problema reside en que la mayoríÑ‚Âa de esa riqueza se debe al ¿valor? estratosférico que ha alcanzado la vivienda, un valor que lo ¿da? el mercado, y ya saben: lo que se da, se quita, aunque no siempre sea Santa Rita la que asíÑ‚Â actúe.
Deudas reales y riqueza no tan real. Una combinación preocupante, ¿a que síÑ‚Â?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.