Es complicado que no sea asíÑ‚Â. Debemos recordar que
se trata de nueve trimestres consecutivos en que el crecimiento es
mayor que esta cifra. Y es que todo ha coincidido para mantener esta
cifra de crecimiento: la inversión crece en septiembre a tasas del 29.4
% (26.1 % en lo que llevamos de año), ventas al por menor aumentan en
un 12.7 % (13 %), producción industrial un 16.5 % (16.3 % en el año). Y
el fuerte aumento del superávit de la balanza comercial hace el resto
(ya saben, se espera que triplique al del año anterior).
Claro, que las autoridades chinas también han reconocido hace unos díÑ‚Âas
que su disposición a la reforma del mercado de divisas es plena. Pero
que se debe partir de una mayor estabilidad, manteniendo su estrategia
de paso a paso. ¿Y los temores de inflación? ya que el riesgo de
recalentamiento por la inversión parece que se mantiene (en el fondo,
el gobierno chino ha tenido éxito en redirigir la inversión hacia áreas
donde se puede minimizar este riesgo), la cuestión de fondo es si el
otro riesgo de inflación se acentúa. Algo extraño ocurre cuando las
autoridades chinas han reiterado que la economíÑ‚Âa "no entrará en
deflación".
Hace unos meses el propio Greenspan reconocíÑ‚Âa su preocupación ante el riesgo de inflación en China cuando se acumulan factores inflacionistas: elevada liquidez interna (fuerte entrada de inversión exterior), tipo de cambio fijo, cuellos de botella en algunos mercados internos (aparentemente en una parte del mercado de trabajo, el de mayor formación) y fuerte aumento de los precios externos. Pero la semana pasada conocimos que la inflación ha bajado hasta niveles del 0.9 % anual en septiembre, desde el 1.3 % previo (2.0 % promedio).
Repito la sentencia inicial: sin conocer las cifras
más en profundidad, lo evidente es que los datos conocidos a final de
la semana pasada deberíÑ‚Âan aumentar más la presión sobre las autoridades
chinas para que ajusten el Yuan al mismo tiempo que también moderar un
tanto la preocupación actual en el mercado sobre el riesgo de inflación
a nivel mundial.
China parece estar en un proceso de desinflación que
"garantiza" la competencia en precios de sus productos, reduciendo la
posibilidad de que el sector manufacturero mundial "traslade" al
proceso productivo todo o parte de la propia subida de los precios
internos. Esto es una buena noticia para los mercados. Pero
probablemente supone un reto para los paíÑ‚Âses desarrollados, e incluso
un mayor riesgo de proteccionismo a medio plazo
José Luis MartíÑ‚Ânez Campuzano
Estratega de Citigroup en España